La polémica en la remasterización debatiendo sobre la nitidez de la imagen y el grano de la misma no cesa, todo lo contrario, crece sin parar. Y es que ya sea en formato físico (como en los discos Blu-ray) o en versión streaming, la cantidad de películas anteriores a los años 2.000 (previas a los sensores digitales de las cámaras) aumenta a pasos agigantados en los catálogos de distribuidoras y plataformas.
Ya no es que obras maestras como El tercer hombre, Scarface o Centauros del desierto, por citar tres films del panorama más cinéfilo, vayan a recibir remasterización en 4K, HDR y 10 o 12 bits; es que otros clásicos como Terminator, El sexto sentido o Señales (la primera de J. Cameron y las últimas de N. Shymalan) de apenas hace unas décadas, también son largometrajes de naturaleza fotoquímica. Y por lo tanto, al digitalizar hay que hacer una gestión específica de cómo capturar la definición que atesoran.
Y lo que es mejor: viene para el 2025 una de mis películas favoritas con una fotografía de impacto en mis años jóvenes: Seven (1995), con tinieblas y oscuridades de David Fincher gentileza del legendario director de fotografía Darius Khonji. No puedo esperar más ansioso a observar el resultado de esa remasterización de 35 mm y de la que ya informamos con detalle en AVPasion.
Hemos debatido aquí varias formas de abordar esta remasterización. La peor de todas, en mi opinión, es la de James Cameron: filmó con grano hace treinta años, lo quita ahora totalmente, y como elimina toda la definición del negativo fotoquímico, le añade un realce digital por inteligencia artificial. Y fin de la cuestión, no le hagan más preguntas que se enfada.
Las primeras opiniones cualificadas que han podido ver la remasterización de Terminator, señalan que en la edición Blu-ray 4K sí ha respetado la definición original fotoquímica de la película. Esperemos que a partir del 10 de diciembre en AVPasión podamos confirmar esas buenas noticias.
Desconozco la estadística de la cantidad de entusiastas tecnológicos que aprecian la resolución en su expresión más marcada, limpia, digital y radiantemente perfecta de los 3840 por 2160 píxeles. El caso es que me encuentro por motivos profesionales a caballo con el otro lado, con los creadores de contenido, que suelen tener mayoritariamente un punto de vista distinto. Salvo marcadas excepciones (por cierto, sujetas a su vez, a necesidades de expresión creativa) son pocos los que quiere imágenes realistas tipo telediario o documentales antropológicos o de naturaleza.
Los creadores de contenido hacen series, largometrajes o publicidad y eso supone interpretar la realidad, no captarla en su literalidad más perfecta. Buscan evocar un estado de ánimo o un período histórico en particular y para ello explotarán las bajas velocidades de fotogramas, el color a veces restringido, las distorsiones ópticas de las lentes anamórficas o el viñeteado.
Si utilizan película fotoquímica, se tendrá en cuenta la elección de la película y la forma en que se expone y procesa (sobre y sub exposición, por ejemplo). Una de las características definitorias de una película y su estética, es el proceso de revelado en particular es el grano de la película.
¿Qué es el grano de película?
Los granos de película son cristales de haluro de plata pegados a un soporte fotosensible, dispersados de manera aleatoria. Y son muy diferentes del diseño cuadriculado y estandarizado de los sensores típicos de las cámaras digitales. El patrón formado por el grano crea la imagen, por lo que se pude pensar en el grano como «píxeles analógicos».
En términos generales, para la mayoría de las películas, el tamaño del grano es proporcional a la sensibilidad de la emulsión. Es decir, cuanto más fino es el grano, menos sensible es la película. La sensibilidad de la película también afectará otros aspectos del proceso de captura, como el tipo de las ópticas utilizadas, la apertura de la lente y la velocidad de obturación. Esos factores también influirán en el aspecto del contenido.
Volviendo a la sensibilidad y el ISO: una emulsión ISO 100 tendrá un grano más fino que uno ISO 400, por poner un ejemplo. El grano de la película y su aspecto también pueden verse influenciados por los productos químicos y el proceso de revelado. Y es un proceso técnico (hay que conseguir las imágenes latentes), pero también tremendamente creativo para obtener las imágenes con el aspecto deseado.
Como señalamos antes, la gran diferencia entre los sensores digitales y el grano de la película es que el grano es estocástico, es decir, aleatorio en posición y tamaño, aunque dentro de un rango particular para la stock de película y revelado. No está claramente organizado en las “filas y columnas” de los sensores digitales. Como efecto colateral, esto significa que rara vez en fotoquímico se generan los problemas de ‘moiré‘ a los que a veces se enfrentan los sensores digitales.
La naturaleza aleatoria del grano puede dificultar su caracterización y descripción. Y peor aún, la transmisión online de imágenes con grano plantea desafíos evidentes en el ámbito de la codificación digital. Sin embargo, los haluros no son del todo aleatorios; si lo fueran, sería ruido. Al menos en las emulsiones modernas de hace cuarenta años en adelante. Aquí es donde se pone más interesante esa cuestión. No es lo mismo el tipo de emulsión de, por ejemplo, Ciudadano Kane (1941) que La lista de Schlinder (1993). Hay un abismo entre ambos ‘ruidos’ en favor de la más moderna lógicamente.
En ese sentido, la estructura del grano puede afectar significativamente la definición aparente de la imagen. El contraste en los bordes del grano, si es alto, puede dar la impresión de mayor nitidez, incluso cuando el tamaño del grano significa que la imagen no es realmente nítida.
Por lo tanto, es muy importante incluir el aspecto del grano de la película al mostrar contenido capturado en película en dispositivos digitales y así lo solemos reseñar en las ‘reviews‘ en AVPasión.
Los escaneos de negativos de emulsiones 65 mm, 35 mm o incluso 16 mm de diferentes sensibilidades o ISOs son muy preciadas en las producciones digitales más modernas. No un efecto digital de grano, no; sino grano fotoquímico de la Kodak 2393 de 35 mm por poner un ejemplo. Como ya tratamos en su día, Dolby Visión es el que mejor resuelve a día de hoy estas cuestiones, que para apreciarlas hay que tener un ojo entrenado y un buen equipo de vídeo calibrado.
Remasterización y digitalización: grano y códecs
El detalle del grano de la película genera, efectivamente, datos de muy alta frecuencia que pueden perderse fácilmente en los procesos de compresión y descompresión digitales (los códecs, vaya). En la reciente feria IBC de este 2024, el mítico Instituto Fraunhofer (creador entre otros del inolvidable MP3) demostró su tecnología para tratar el grano usando el códec VCC, ya sabéis el H.266.
El titular que más fácil se encuentra de este códec es que ofrece tener la misma calidad subjetiva del video del H.265 (HEVC) ocupando un 50% menos de espacio, una auténtica barbaridad. Pero entre los resquicios de sus nuevas prestaciones, se añade una gestión específica del grano fotoquímico si fuera necesario: se grabarán unos metadatos relativos a esta trama previa a la fatídica compresión para añadirlos posteriormente en la descompresión al bitrate final. Lo que suena bastante bien para la comunidad cinéfila y del cine en casa.
El Instituto Franhoufer demostró que, sin una tecnología especial, se necesitaba para transmitir el grano (esa información de alta frecuencia) unos 60 Mbps de ancho de banda para una imagen 4K. Pero una imagen comprimida sin esa información auxiliar que todavía aguantara un visionado decente, podría transmitirse con sólo 2,5 Mbps de ancho de banda. Ahí está la clave y el principal enemigo tanto para streaming como para discos Blu-ray.
Para sortear este enorme obstáculo del ancho de banda, se necesitan dos pasos con el prometedor H.266 / VCC. En primer lugar, se analiza la imagen para caracterizar la estructura granular del contenido. En la citada ponencia del IBC, Fraunhofer detalla el tamaño del grano, la intensidad, la distribución y la variación temporal como parámetros clave. Esa caracterización se transmite al decodificador como una pequeña cantidad de metadatos.
Durante el proceso de descompresión, los metadatos se utilizan para sintetizar el efecto del grano en la imagen final. Desarrollando lo que Fraunhofer expurso en el IBC, presentaron las siguientes cifras: reducir el ancho de banda de 60 Mbps a 2,5 Mbps, pero visualmente, los espectadores no pudo ver la diferencia entre la versión de 2,5 Mbps y el contenido de 60 Mbps, ambas generadas con la trama granulada. Más allá de este experimento concreto y a falta de su extensión por todos los actores del tablero, es un avance prometedor se mire por donde se mire.
Los próximos códecs dominadores: VVC y AV1
Hablando de otros actores, su rival, el códec AV1, tiene como elemento obligatorio la compatibilidad con este tipo de proceso de grano de película, cuando para el VVC esta función es opcional. Además, en VVC no están definidos los métodos de análisis y síntesis, solo el formato de los datos. Parece que el VVC sería un códec magnífico para la remasterización.
Uno de los puntos intrigantes que Fraunhofer señala en su artículo es que un distribuidor podría agregar metadatos para crear efectos de granulado incluso cuando no estuvieran en el original y, como hemos visto, eso puede afectar la nitidez aparente y la resolución de la imagen.
Esto abre la puerta a peligrosas reinterpretaciones, aunque el patrón de esos crímenes suele ser el contrario: eliminar cualquier rastro del grano original a toda costa en cada nueva remasterización. Pero se podría inventar un nuevo atentado: añadir grano a películas antiguas o modernas que no lo tenían originalmente.
Debido a que los procesos de análisis y síntesis no están estandarizados, se pueden usar diferentes métodos. La empresa alemana Wavelet Beam también anunció en el IBC que tienen esa tecnología. El primer paso en el análisis de grano es detectar y eliminar el ruido en la señal y ésta es un área en la que Wavelet Beam afirma tener muy buena tecnología. Os animo a que echéis un vistazo a sus impresionantes vídeos de demostración que tienen colgados en Vimeo.
Y una vez más aquí se pone la cuestión atractiva: una ventaja de la simulación de grano de película sobre vídeo digital es que cuando se aplica a una transmisión de video altamente comprimida (MPEG-2, H.265… la que sea) que muestra defectos de compresión visibles, reduce la visibilidad de esos efectos. Eso nos hace preguntarnos si las plataformas de streaming (tipo Netflix o incluso Movistar con sus propios descodificadores) que tienen control del lado de la descompresión podrían utilizar la técnica para mejorar la calidad de cualquier contenido antiguo basado en fotoquímico o incluso restringir el ancho de banda necesario maquillando los defectos con este proceso.
Sea como fuere, espero disfrutar de lo lindo con la próxima ronda de remasterización que se avecina: la fotografía mejorada con el proceso de color contrast enhancement (CCE) del revelado en 35mm de ‘Seven‘ (1995) y del impresionante VistaVision digitalizado a 13K de ‘Centauros del desierto’ (1956).