Hemos tardado algo más de lo habitual, pero lo cierto es que la impresionante Samsung S95C QD-OLED (spoiler: es impresionante) merecía la pena. Aunque os hemos ido dejando miguitas de pan a lo largo de este mes en forma de primeras impresiones o trucos varios lo cierto es que la review se ha hecho de rogar, pero por fin la tenemos ya terminada y lista para que la leáis y veáis en nuestro canal de Youtube.
La tecnología QD-OLED, lanzada el año pasado por Samsung Displays supuso un antes y un después en la vida de los más fanáticos de la tecnología OLED. Suponía, en la teoría, solucionar todos los problemas inherentes de las WOLED de LG, aunque la primera generación llegó con fallos aquí y allá en forma de calidad de imagen o una calidad de construcción o bugs en la primera S95B, lanzada en 2022 por Samsung. ¿Habrán conseguido solucionarlos en esta S95C?
Este modelo se presenta en 3 diagonales disponibles: 55 y 65 pulgadas y por fin una gran diagonal de 77 pulgadas (la analizada hoy aquí) precios oficiales de 2599, 3399 y 4899 respectivamente.
Samsung S95C: Especificaciones técnicas
Las particularidades de la tecnología OLED son también las mismas en este panel QD-OLED: píxel auto-iluminado -lo que supone un contraste infinito y una profundidad 3D de la imagen sin parangón-, un impacto en HDR absolutamente demencial, negros perfectos y una respuesta instantánea del píxel.
Además, en este modelo Samsung ha incorporado un disipador de grafito mejor que el año pasado para ayudar a enfriar el panel, evitando así buena parte de los temidos marcados y quemados de pantalla. Además, estos nuevos paneles QD-OLED 2.0 incorporan un mayor aumento del brillo, menor consumo y una vida útil del doble que los del año pasado, según Samsung Displays. Por lo demás, estas son sus especificaciones técnicas:
Samsung S95C | Características |
---|---|
Panel | OLED (panel QD-OLED de 2023) |
Diagonal | 77 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y HDR10+ |
Procesador | Neural Quantum Processor 4K |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 400) |
Medidas | 1716.6 x 984.1 x 11.2 mm (sin peana) 1716.6 x 1048.1 x 28.84 mm (con peana) |
Peso | 28.2 kg/40 Kg (sin/con peana) |
Conectividad (Vídeo) | 4x HDMI 2.1 (40 Gbps, HDCP 2.3) 2x USB (3.0) 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC (HDMI 3) |
Sonido | 4.2.2 / 60W con compatibilidad OTS+ |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 x 2 WiFi 5 (AC) Bluetooth 5.2 Apple AirPlay 2 & HomeKit |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Tizen OS (2023) |
Control | Mando a distancia solar App |
El tipo de panel de este modelo no ha cambiado su estructura desde el año pasado y no es el típico en forma de «array«, si no que los subpíxeles se disponen en forma de diamante, algo que es bastante raro en los paneles de todo tipo de tecnología, como se puede ver en la foto adjunta:
Parece ser que fruto de dicha disposición de píxeles bastante peculiar, los paneles QD-OLED podrían padecer de un curioso defecto: en escenas con bordes de un color uniforme sobre otro fondo con color uniforme, la línea que separa ambas puede aparecer con un ligero color rojizo o verdoso. Es algo muy ocasional y que solo afecta, de momento, a las tipografías en el mundo informático. Si, estamos seguros de que no afecta al contenido normal ni pegando la nariz en la pantalla.
Diseño: mejoras en la calidad de construcción y la llegada del One Connect
El diseño de esta Samsung S95C es de los mejores que hemos visto, especialmente gracias a su pie metálico estéticamente precioso y no demasiado ancho -lo cual favorece su instalación en casi cualquier mueble o escritorio– y dejando un hueco lo suficientemente alto como para poder instalar una buena barra de sonido. Este pie está construido en aluminio macizo cepillado de altísima calidad y supone casi la mitad del peso del conjunto del televisor.
Por otra parte, el diseño del pie es realmente precioso y sus materiales de construcción en aluminio cepillado, a su altura. Además este año optan por tonos negros, dándole una tonalidad más profesional y seria, más de gama premium como el resto de la calidad constructiva de esta S95C y que agradece mucho, como buena gama premium que es, olvidando así los problemas que tuvo la S95B el año pasado. Además, el grosor del panel es de solo 0.9 cm en la totalidad del televisor, no solo en la parte de arriba como ocurría el año pasado.
Si seguimos analizando el diseño, cabe destacar que este año Samsung ha hecho un esfuerzo por cuidar incluso la parte trasera del panel, con una cubierta gomosa en forma de acordeón que llama bastante la atención. Además, el hecho de concentrar todas son conexiones en el One Connect -del que os hablaremos más adelante, algo que diferencia este modelo de su hermana pequeña, la S93C– hace que toda la instalación quede más limpia.
Por otra parte, este año la S95C es capaz de decodificar Dolby Atmos (con pérdida), es decir, el perfil basado en DD+ que usan todos los servicios bajo demanda así. También decodifica Dolby Digital y Dolby TrueHD (pero no de DTS, DTS HD MA ni DTS:X) pero siempre y cuando se use un reproductor externo conectado al puerto HDMI eARC del televisor y éste, a su vez, a una barra de sonido o amplificador compatibles, pero no a través de apps internas por lo que no oiremos nada si reproducimos archivos con otros codecs como el DTS.
4 puertos HDMI 2.1 y One Connect: el esquema ideal de conexiones
En temas de conectividad, Samsung continúa ofreciendo cuatro puertos HDMI 2.1 contando con un ancho de banda efectivo de 40 Gbps. Con ellos, la S95C ofrece soporte a las últimas tecnologías para los más jugones: ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática), 4K@144 Hz, croma 444 completo y a 10 bits, con soporte para Freesync Premium, VRR HDMI y también soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos).
El incorporar una toma de sonido eARC está muy bien pero será especialmente útil para aquellos que tengan una barra de sonido -compatible- con una sola toma HDMI, ya que si tuviera dos (o un amplificador, por ejemplo), podemos conectarlo todo a éste y de ahí a la TV, usando el amplificador para el sonido y la TV para la imagen, no teniendo ningún sentido usar la TV como «puente» entre ambos dispositivos. Es decir: es una funcionalidad que solo podrá aprovechar un tipo de perfil de gente muy concreta.
Como os decíamos al inicio de la review, la S95C externaliza todos los conectores -incluyendo el de energía- en una caja externa: el famoso One Connect. Toda la electrónica del televisor va integrado en una «caja» aparte, desde los puertos HDMI, , antenas hasta la propia alimentación.
Tan solo necesitamos conectar un diminuto cable -además transparente, o casi- desde éste hasta el televisor y listo. Ya podemos conectar todo lo que queramos al One Connect. Es el sistema perfecto para los usuarios que cuelguen el televisor en la pared, muy superior a cualquier otra solución presentada hasta el momento. Además, también podéis anclarlo en el propio televisor, como es nuestro caso por ejemplo
Tizen 8.0: ¡Así si, Samsung!
Si el año pasado le dimos algún que otro palo al nuevo Tizen, este año aunque todavía no está maduro del todo -en nuestra opinión- y sigue por debajo de otros sistemas operativos como Google TV, a nivel de fluidez y funcionalidad podríamos ponerlo perfectamente al nivel de LG WebOS, por ejemplo y más especialmente tras realizar nuestra guía de 15 trucos imprescindibles de Tizen para televisores Samsung de 2023.
Aunque sigue con los mismos problemas de ser poco personalizable y algo caótico, al menos este año el sistema responde mucho mejor, siendo más rápido y casi instantáneo entre cambio de apps y de capas de la interfaz del mismo. Además, por fin han añadido un botón de fuentes conectadas en el lateral de la interfaz para acceder cómodamente a dispositivos conectados por HDMI y también podemos acceder al botón de configuración de imagen con un solo click -si lo ordenamos bien-.
En cuanto a hardware interno, a diferencia de los dispositivos con Android, no podemos saber exactamente que tipo de SOC (System On Chip, es decir, el procesador y gráfica del televisor) monta. Lo que si sabemos es que en términos de calidad de imagen –el chip encargado del procesamiento de imagen- el Procesador Quantum 4K con IA– es un un potente procesador que puede ir aprendiendo a través de Inteligencia Artificial, modificando así los parámetros más importantes de la imagen. Luego analizaremos qué nos ha parecido.
Llegando al apartado de apps, como os decíamos, Tizen es una plataforma donde no nos va a faltar de nada. En éste vamos a encontrar absolutamente todas: desde Disney+, la nueva app de HBO Max, Vodafone TV, Spotify, M+, Orange TV, Netflix, Amazon Prime y un larguísimo etcétera.
Además todas ellas cuentan con soporte HDR/HDR10+ (si el servicio lo soporta, caso de Amazon Prime) y Dolby Atmos (vía ARC a un amplificador o barra, hablaremos de ello más adelante) y continúa ofreciendo soporte HDR a apps como Youtube.
Mando a distancia y filtro antirreflejos: ¡una evolución perfecta!
Otro aspecto absolutamente increíbles de este panel es la gran mejora que tiene respecto a otras OLED con los reflejos: el panel apenas refleja nada de luz ambiental, siendo mucho más similar a un LED tradicional que a una OLED. Además, los ángulos de visión han mejorado hasta ser perfectos al 100%. Sin embargo, el panel carece de polarizador, lo cual puede provocar que ante una luz directa al panel los negros se perciban como grisáceos, aunque solo en una situación extrema y este año aún menos pronunciado.
El mando a distancia de Samsung se presenta en este 2023 de forma minimalista y cuidando al máximo el diseño…y pensando en el medio ambiente, ya que puede recargarse con la luz del sol. Está fabricado en plástico de no muy buena calidad. Además, cuenta con cuatro botones de acceso directo a apps Bajo demanda: Netflix, Amazon Prime, Disney+ y Samsung TV Plus (una especie de servicio de IPTV gratuito de canales de todo el mundo).
El mando es una especie de versión 2.0 del del año anterior, menos puntiagudo y más redondeado y de peor calidad al cambiar el aluminio por el plástico. Por otra parte, veréis que al conectar un dispositivo HDMI el televisor se pone a identificarlo y nos permitirá manejarlo…incluso aunque no disponga de CEC, lo cual es una auténtica maravilla. Al igual que ocurre con webOS, los dispositivos se pueden renombrar a mano desde el panel de ajustes para identificarlos más rápidamente.
Antes os hablábamos de Alexa y Google Assistant. El problema es que al no ser un dispositivo con Android TV (de Google) las funciones de control del televisor están muy limitadas y no podremos encenderlas con nuestra voz. Y Bixby, por otra parte, solo funciona para controles sencillos como cambiar de entrada o de canal. Este año se le añade compatibilidad con Alexa también.
QD-OLED 2.0: mejoras significativas sobre el año pasado
Llegamos por fin a uno de los puntos más interesantes del análisis: ¿cómo se comporta el nuevo panel QD-OLED 2.0? a nuestro juicio, es una mejora más que notable tanto respecto a los WOLED tradicionales de LG como a los QD-OLED de primera generación.
Para empezar, este año Samsung ha relajado aún más el ABL (Limitador de Brillo Automático) ya que el panel roza los 280-290 nits a pantalla copleta.. Ello se traduce en una imagen más impactante, que puede mostrar áreas de blanco más grandes y con más brillo, mejorando así a otros modelos OLED del mercado.
Otro aspecto destacable de la tecnología QD-OLED es su precisión cromática. No solo ya en términos de cobertura o paleta de colores y su impacto en HDR (algo que veremos en el siguiente apartado, si no que es una tecnología RGB pura, sin un subpíxel blanco emitiendo luz. Eso se traduce en una imagen más realista, con un tono menos «verdoso/cian« que en los modelos WRGB, algo que capta rápidamente cualquier cámara.
En cuanto a sus mejoras, un aspecto evidente de mejora es en la desaturación en escenas en penumbra, algo de lo que pecaban los paneles QD-OLED el año pasado y en éste se han solucionado por completo, como podéis ver en la fotografía inferior -comparativa gracias al canal de Youtube Stop the FOMO-:
Calidad de imagen SDR: calidad de imagen de fábrica de referencia
La imagen de esta Samsung S95C ha resultado en una agradable sorpresa, ya que en SDR viene fantásticamente bien de fábrica -al menos en nuestra unidad-. Y tal y como os decíamos en el apartado anterior, el ser un panel QD-OLED tiene una serie de ventajas realmente increíbles, no solo en términos de imagen pura, si no también en la uniformidad del panel, la mejor que hemos visto nunca en cualquier televisor OLED. Es, simplemente, perfecta:
Esa uniformidad tan perfecta tiene un gran aliado en la forma de emitir (Top Emission) de la tecnología QD-OLED, con una más que notable mejora en todo lo que tiene que ver con el material comprimido: suciedad, macrobloques que se iluminan e incluso el banding de color es notablemente menos notorio en este panel que en cualquier otro panel WRGB OLED tradicional.
Antes de comenzar a hablar del HDR, vamos a centrar la vista sobre la colorimetría y balance del panel, que nos ha sorprendido muy para bien en SDR. En nuestra unidad, tanto el balance como el color vienen, esencialmente, perfectos, con una media de AE de 1 y unos valores máximos de 1.7. Eso si, no viene tan bien respecto a la luminancia -demasiado clara- ni respecto al detalle en sombra -levantado-.
Por suerte se puede solucionar si contratáis una calibración profesional con sonda, ya que este modelo cuenta con controles suficientes para dejarla completamente perfecta como un monitor profesional de estudio (utilizando un EDR específico para las QD-OLED 2.0 de nueva generación), como se puede ver en esta fotografía del antes y después, donde todos los errores caen por debajo del umbral visible del AE de 1 de media:
Calidad de imagen HDR: 2000 (sic) nits de explosión de brillo y colores reales
Pasamos ya al mundo HDR, donde nuestra S95C es capaz de llegar a los 1370 nits (calibrada) al 10% de ventana y más de 290 nits a pantalla completa, lo cual es un aumento bastante grande respecto a las QD-OLED del 2022. Con estas mediciones, tendremos un muy buen efecto HDR, con ABL (Limitador de Brillo Automático, que más actúa cuanto más blanco en pantalla hay) más relajado que en las OLED tradicionales.
El HDR y el panel OLED es una combinación diabólica, pero si le añadimos una capa de Quantum Dots se convierte en orgásmica. La tecnología OLED es conocida por todos por su capacidad de encender o apagar los píxeles a nivel indiviual para que, cuando haya una escena oscura o con mucho negro, sea capaz de apagarse por completo, entregando un negro puro.
El negro es el parámetro más importante de la imagen, ya que se usa para medir el contraste: el punto más brillante entre el más oscuro, por tanto…si el negro es 0, cualquier valor que dividamos entre éste nos dará infinito: contraste infinito. Y si, el HDR más que de nits y brillo, tiene más relación con el contraste.
En dicho extremo brillante, donde ya hemos comentado que las OLED tradicionales pueden flaquear, éstas tienen otra particularidad: dado que su estructura de píxeles está hecha completamente de puntos blancos con un filtro RGB para generar el color, solo pueden emitir una luz con color rica hasta ciertos nits, siendo a partir de ahí hasta su tope solo blanco puro, lavando los colores en las altas luces respecto a otras soluciones. Eso en el caso de una OLED convencional…pero no estamos ante una OLED convencional.
Lo primero que sorprende en esta S95C QD-OLED es que su pico de brillo es netamente superior, llegando como decimos a la barrera de los 1400 nits, gracias a que la emisión de luz por parte de los píxeles se hace desde delante (Top Emission), sin ninguna pérdida o merma de luz, no como un OLED convencional (que se hace desde atrás, o Bottom-Emission)
Este pico de nits llega a igualar (incluso superar a pantalla completa) al ofrecido por LG y su nueva G3 con panel META (o MLA), pero con la ventaja de un mayor volumen de color y una mayor cobertura cromática. Y no solo acaba aquí las ventajas, si no que podemos subir el pico de brillo de este televisor hasta unos impresionantes 2000 nits por debajo de ventanas del 5%, siendo así el OLED comercial más brillante del mercado -y con más volumen de color-.
La segunda gran ventaja se basa en el color. O mejor dicho en la forma de generarlo. La nueva tecnología ahora está basada en puntos cuánticos (QD o Quantum Dots) en lugar del tradicional filtro de colores RGB. Ahora los subpíxeles no son blancos si no que…y tras casi 10 años esperando, por fin podemos ver un panel RGB real: cada píxel está exclusivamente formado por los subpíxeles azules, incidiendo esta luz en los Quantum Dots y generando el rojo y verde, formando así los tres colores primarios y aumentando la riqueza cromática.
Las OLED presentadas hasta ahora, solo podían mostrar elementos brillantes y a la vez saturados en color hasta un cierto brillo, a partir de ahí solo veíamos pura luz blanca (fruto del subpíxel blanco). Pues bien, ese problema se ha acabado en la nueva Samsung S95C: hasta el píxel más brillante del panel podrá mostrarse con la saturación de color correcta, dado que no hay subpíxel blanco que «lave» el color. Una auténtica revolución en el mundo OLED.
Además de la saturación de los colores en elementos más brillantes, es el propio espectro de color del panel el que permitirá mostrar una colorimetría con los colores primarios (rojo, azul y verde, como hemos visto antes) más profundos, logrando así una cobertura del espectro cromático mucho más grande (del triángulo BT2020 que usamos siempre para los UHD). Y el impacto HDR no podría ser mejor. Es alucinante ver contenido HDR en este panel, configurado y calibrado y con material de calidad.
En cuanto al seguimiento de la curva en HDR, Samsung la sigue escrupulosamente y por fin este año podemos decir que no hay alteraciones en la imagen ni en la forma en el que el televisor gestiona el contenido HDR, dado que por fin podemos desactivar el mapeo de tonos dinámico (que no el estático) desde el menú del propio televisor, resultando así en una imagen precisa, cinéfila y totalmente correcta.
Como decíamos, la Samsung S95C sigue la curva EOTF de referencia (en amarillo) a la perfección, lo que unido a su mayor pico de brillo hace que podamos ver cualquier detalle hasta los 1400 nits (que es como vienen masterizadas la mayoría de películas) sin necesidad de un mapeo tonal (compresión de la imagen):
La Samsung S95C es compatible con otros dos formatos HDR: HLG (usado en retransmisiones de TV) y HDR10+, el gran competidor de Dolby Vision. El funcionamiento con este tipo de HDR con metadatos dinámicos es realmente bueno y mucho más fácil de implementar que Dolby Vision (que tiende a dar problemas). Por otra parte, el formato HLG no funciona correctamente, dando como resultado una imagen que no sigue la curva del HDR, algo de lo que Samsung está ya informada y esperamos que arreglen pronto.
Uno de los problemas que mantiene este televisor es que sigue sin funcionar el espacio de color automático. Los UHD vienen masterizados en un contenedor BT.2020, un espacio de color más amplio que el tradicional Rec.709 (usado en los Blu-ray y contenido que no sea UHD). El problema es que dentro de este espacio de color existe otro más, llamado DCI-P3, que es el que suelen usar el 99% de películas y series UHD.
Pensad en la analogía de una matrisoka: una muñeca dentro de otra. Aquí sería igual, encontrando el espacio de color BT.2020 (el más grande) que a su vez contiene el DCI-P3 (el más pequeño), que es el que se suele usar normalmente:
Como veis en la foto superior, la colorimetría de la gran mayoría de películas se encuentra en el triángulo de línea continua. Y hay una serie de películas que usan el color más amplio que proporciona el espacio BT.2020 (el grande con la línea discontinua). Este tipo de películas (y demos, ya que casi todas las demos de los fabricantes vienen con BT2020 también para impresionar más) contiene un flag para que el televisor cambie al espacio correcto y así veamos siempre el color como debería…solo que en Samsung ese cambio automático no funciona.
¿Y cual es la solución? pues por parte de Samsung sería tan sencillo como quitar el espacio DCI-P3 (que además tiene otros problemas como un mayor banding y menor riqueza cromática) y renombrar el BT2020 a «Automático» y corregir los enormes desvíos que tiene actualmente, especialmente en el rojo y en el verde, algo que hace que sea casi imposible de ver una película seleccionando este espacio de color, ya que el color de las caras es realmente grotesco.
La única forma de solucionar al completo este problema (si, se puede solucionar completamente) es mediante una calibración profesional con sonda, como veis en la imagen superior. Por desgracia, esta sobresaturación de los rojos y verdes especialmente, no tiene solución sin medir con equipos profesionales. Otra solución parcial, es utilizar nuestros settings de imagen, donde os dejamos los valores más correctos de media, lo cual no quiere decir que sean perfectos para vuestro panel, ya que cada unidad es única.
Procesador Quantum Neural 4K con IA: mejor de lo esperado
Este año volvemos a encontrar mejoras importantes en cuanto a procesamiento de imagen, o al menos eso hemos notado nosotros, especialmente en el escalado, que es excepcionalmente bueno cuando las señales son inferiores a 1080p, sacando detalle y nitidez pero sin parecer artificial. Aunque en 1080p, por ejemplo, sigue estando un poco por debajo de la competencia, como la LG G3 o los mejores televisores de Sony.
El televisor, también, tiene una total ausencia de overshoot, dado que no tiene subpíxel blanco. De la misma forma, tiene un banding de color mucho menos acusado que los televisores WOLED, dado a que, de nuevo, no tiene un subpíxel blanco que altere la imagen creando exceso de macrobloques, suciedad, posterización, flashes y demás defectos propios de la tecnología OLED WRGB.
Aún así y nuevamente por séptimo año consecutivo, Samsung no cuenta con un filtro Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que si tienen tanto Sony como LG. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad.
Es espectacular ver como mejora la calidad del contenido comprimido y elimina el banding, algo que además le vendría de perlas a la S95C también para eliminar el exceso de banding en algunas escenas comprimidas en material de mala calidad.
En cuanto al interpolador, Motion Plus en este caso que es como lo llama Samsung, si el año pasado le dimos un sobresaliente, este año sin duda vuelve a hacer diana, ya que Samsung ha mejorado hasta tal nivel el interpolador de movimiento que podríamos deciros sin duda que se encuentra ya, por fin y tras 7 años, al nivel de movimiento de los fabricantes japoneses como Sony o Panasonic.
No hay rastro de los tirones que sí pudimos ver otros años ni tampoco exceso de efecto telenovela ni tampoco artefactos. Se puede utilizar en valores moderados sin perder la esencia ni la cadencia original de cine. Por otra parte, Samsung es la única marca que permite introducir un interpolador menos intenso para juegos, algo que ayudará mucho a la suavidad en juegos de 30 fps y no incrementará demasiado el input lag. Y justo con eso vamos a terminar este extenso análisis.
Uno de los mejores televisores para jugar del 2023
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. Este año, en este campo nos encontramos con varias mejoras respecto al año pasado. Eso si, en cualquier caso os recomendamos desactivar el ASBL en el menú de servicio, ya que éste es tremendamente agresivo en este modelo.
El ASBL es una herramienta que, al detectar contenido estático o semi-estático (largas escenas donde los actores apenas se mueven o lo hacen muy poco), va bajando gradualmente la luz OLED hasta niveles mínimos sin que el usuario pueda hacer nada para evitarlo, el llamado ASBL. Pues bien, al desactivarlo desde el menú de servicio nos olvidaremos de que la imagen se vaya oscureciendo con el tiempo.
Por otra parte, este televisor es el paraíso del jugón: cuenta con 4 puertos HDMI 2.1 de 40 Gbps, podemos jugar a 4K 120 Hz (y si contamos con un PC potente, también a 4K 144 Hz) a 10 bits, croma 4:4:4 completo, HDR (y HDR10+ Gaming) con VRR, Freesync y G-Sync completos también activado. ¡Ah! y una barra de información para ver los FPS, género, etc. que podemos sacar cómodamente con un botón.
Por otra parte, también se ha mejorado el input lag aún más, ya que en el modo Juego la TV nos entrega unos impresionantes 10 ms (y rondando los 5.5 ms en modo 4K@120 Hz). Además de ello, como podéis ver en la foto anterior, también se ha añadido un «panel gaming» que nos informa en todo momento del tipo de VRR que tenemos activado, fps, si tenemos el HDR o no, el aspect ratio, etc.
Además podemos activar el Motion Plus en el modo juego, llegamos a unos fantásticos 28 ms y con una suavidad emulada de 60 fps en todos los juegos, un total acierto por parte de Samsung.
¿Lo malo? que el modo Juego viene horriblemente saturado en colorimetría, balance de blancos incorrecto, no sigue la curva EOTF del HDR como debería, etc. De nuevo, se puede solucionar calibrándola con sonda, pero no es de recibo en un televisor de este precio y gama. Y otro problema importante es que varios usuarios han reportado problemas de pantallazos negros constantes cuando juegan a 4K y 144 Hz, principalmente desde PC.
Conclusiones
Y si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena por la lectura tan densa y larga! hemos intentado tocar todos los parámetros importantes de esta espectacular Samsung S95C.
Nos encontramos ante uno de los mejores televisores del año, donde además Samsung ha sabido entender bien lo que pide la comunidad de usuarios: mantener todo aquello que gustó de la S95B del año pasado y mejorar todas aquellas críticas: saturación fuera de lugar, seguimiento de la curva EOTF, no tocar la imagen vía firmwares constantes, mejoras en la calidad de construcción, un aumento considerable de brillo, mejoras en el escalado y procesado, Tizen mucho más ligero, etc.
La ausencia de Dolby Vision, el malfuncionamiento del formato HLG y los pantallazos negros son, quizá, los tres únicos puntos negativos de este espectacular televisor, tres muescas que le restan de una nota que, aún así, seguirá siendo realmente alta.
Aspectos muy importantes pero que casi nadie analiza: la uniformidad es un 10 de 10, los reflejos han disminuido muy notablemente respecto al año pasado, los ángulos de visión son esencialmente perfectos. Y el panel QD-OLED hace que toda la compresión, ruido, posterización y demás suciedad de la imagen comprimida no sea apenas visible. Ah, además de eliminar el defecto de los macrobloques que se iluminan y posterización excesiva en múltiples escenas.
En el aspecto de gaming este televisor es una bomba. Se le puede desactivar el ASBL por completo a través del menú de servicio, un muy buen input lag de 10 ms y 5.5 (a 60 y 120 Hz respectivamente), 4 puertos HDMI 2.1, compatibilidad completa para los 120 e incluso 144 Hz, 10 bits, croma completo 4:4:4, HDR10 y HDR10+, VRR, G-Sync y Freesync Premium. Toda la artillería pesada junta.
En definitiva, nos encontramos con una TV que se encontraría en la primera o segunda posición de mejores TV del 2023. Un televisor que es un diamante en bruto y que, si tenemos en cuenta el precio, seguramente acabaría la primera en la lista y sin tenerlo, la segunda. Algo que dice mucho del trabajo realizado por Samsung.
En conclusión, un televisor muy altamente recomendable, una bomba en calidad/precio y una calidad de imagen, brillo y color fuera de este mundo. Bravo Samsung, se ha hecho un trabajo encomiable y se ha creado uno de los mejores televisores de la historia.