Ya os trajimos hace algunos días las primeras impresiones de la nueva flagship de la firma nipona: la Sony A95K, con tecnología QD-OLED, uno de los televisores más esperados de este año 2022. Y no podían ser mejores. En esta review, vamos a desmenuzar cada uno de los apartados de este magnífico Smart TV.
Antes de empezar con estas primeras impresiones, queríamos darle las gracias a Sony España por la cesión del producto para su análisis, podéis leer más sobre este producto pulsando aquí.
Para quien no nos lea de forma asidua, ya hemos hablado con anterioridad de él. Se trata de la joya de la corona de Sony, su tope de gama con muchas mejoras. Y visto lo visto es normal la gran expectación que ha levantado. La gran diferencia se encuentra en el nuevo panel QD-OLED (que salvo el nombre, no tiene nada ver una con la otra) que promete ser una auténtica revolución. ¿Cumplirá?
Esta Sony A95K se presenta en 2 diagonales disponibles: 55 (el modelo analizado aquí hoy) y 65 pulgadas a precios oficiales de 2999 y 3999 respectivamente. De momento no hay anunciado ningún modelo más con este tipo de panel en otra diagonal.
Sony A95K: Especificaciones técnicas
Las particularidades de la tecnología OLED son también las mismas en este panel QD-OLED: píxel auto-iluminado -lo que supone un contraste infinito y una profundidad 3D de la imagen sin parangón-, un impacto en HDR absolutamente demencial, negros perfectos y una respuesta instantánea del píxel.
Además, en este modelo Sony ha incorporado una lámina de aluminio trasera a modo de disipador (aluminium sheet) que enfría rápidamente los píxeles, evitando así en una muy alto grado cualquier retención o quemado, a la par que permite un mayor aumento del brillo. Por lo demás, estas son sus especificaciones técnicas:
Sony A95K | Características |
---|---|
Panel | OLED (panel QD-OLED de 2022) |
Diagonal | 55 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y Dolby Vision |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 200) |
Medidas | 122,5 x 71,4 x 4,3 cm cm (sin el pie) 122,5 x 72,8 x 28,0 cm (con el pie, pos. frontal) |
Peso | 21,2/40 Kg (sin/con pie) |
Conectividad (Vídeo) | 2x HDMI 2.0 y 2 x 2.1 (Completos, HDCP 2.3) 3x USB (uno 3.0) 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC |
Sonido | 2 woofers de 10W + 2 SW 20W (Acoustic Surface+) |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 + 2 x DVB-S2 WiFi (AC) Bluetooth 4.2 Chromecast Integrado Apple AirPlay 2 & HomeKit |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Google TV 10 |
Control | Mando a distancia (retroiluminado) App |
Diseño: elegancia y controversia a partes iguales
Sony ha decidido volver al diseño monolítico que estrenó con su A1: en la posición en la que lo hemos montado, solo veremos el televisor, nada más. Ni peana ni patas ni nada. ¿El truco? una gigantesca peana de más de 10 kilos que se encarga de «sujetar» al panel, aunque por supuesto eso hará que tenga unos pequeños grados de inclinación.
El diseño desde delante enamora…aunque desde atrás deja mucho hueco con respecto a la pared y nos obliga a tener un mueble al menos igual de ancho. Tiene una segunda posición con la peana sobresaliendo por delante que no nos ha convencido demasiado.
En cualquier caso, en la parte inferior encontramos los bordes y biseles del televisor, terminados en un elegante remarco metálico que contiene los propios marcos del panel, destilando calidad en la construcción, notándose que es una gama alta con todos los detalles. En este modelo tenemos micrófono integrado en la propia TV así como en el mando a distancia (para utilizar con Google Assistant).
Por otra parte, una vez hayamos desembalado la unidad, encontraremos lo típico de casi cualquier TV de hoy en día: manuales de instrucciones (en varios idiomas), una guía rápida de montaje, los propios soportes de la pena de la TV (imprescindible montarla entre dos), tornillería varia, dos pilas AA, garantía europea y poco más.
Como siempre decimos: sobrio pero suficiente, ya no estamos en la época en la que necesitábamos extensos manuales de cada aspecto del televisor, ya que contamos con la ayuda de la propia página web de Sony y también de una app instalada en la propia TV que nos ayudará con casi cualquier cuestión que necesitemos. Si no, siempre podéis consultar nuestro Unboxing y primeras impresiones.
Eso si, la parte trasera queda realmente lograda con un diseño propio de gama alta con una especie de diseño en rombos y con hasta 5 «tapas« para cubrir todo el panel y que no se vean los tornillos ni los cables. Bonita por delante y bonita por detrás.
Espectacular sonido, gran filtro antirreflejos y un renovado mando a distancia
En cuanto a sonido, en esta gama alta Sony un sistema de hasta 60W, con 2 actuadores para graves, dos para medios y dos para agudos en lo que el fabricante japonés llama Acoustic Surface Audio+. La calidad de sonido es increiblemente buena, sin apenas distorsión audible en toda la banda, muy buenos graves y diálogos claros.
Lo que más nos ha sorprendido es la espacialidad del sonido y, en este modelo, la extensión de graves tan buena que tiene. Podemos localizar sin problemas cualquier elemento de una película a lo largo del televisor (izquierda, derecho o centro) incluso a veces ligeramente desde atrás, al rebotar el sonido en las paredes. Este año Sony continúa ofreciendo un sistema de ecualización automático usando el micrófono del propio mando a distancia para mejorar la acústica de la sala.
En cuanto a la conectividad, este año continuamos con dos puertos HDMI 2.0 y otros dos son HDMI 2.1 completos con soporte para HDCP 2.3 (soporte 4K@120 y VRR ya de serie). Por supuesto, los puertos HDMI son plenamente compatibles con estándares como ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática, lo que Sony llama «Modo de Imagen Automático«).
En el campo del sonido, por cierto, Sony continúa ofreciendo soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos usando el televisor como «puente» haciendo passtrough a una barra o amplificador que soporte audios HD). De momento, el fabricante nipón es el único del mercado que sigue apostando por dar soporte al codec DTS, incluido en el catálogo de su plataforma Bravia Core.
Siguiendo con las conexiones, todos los conectores están orientados hacia abajo o hacia el lateral (menos el de alimentación, cuya cabeza es muy pequeña y tiene una hendidura en la carcasa del TV para que no sobresalga, además de no ser fijo), algo que es muy de agradecer por los usuarios que cuelguen el televisor en la pared.
Por otra parte, Sony estrena un nuevo mando a distancia. Si ya el año pasado hubo una renovación, adecuando el mando a los estándares actuales en cuanto a diseño y funcionalidad, este año han ido un paso más allá: Sony ha creado un mando muy muy bien hecho, de gran calidad, peso, distribución de botones y materiales de construcción, donde se ha eliminado muchos botones innecesarios como el pad numérico, botón de grabación, etc., pasando de 49 a 25 botones.
Además de la reducción de un 36% de tamaño, acabado de metal cepillado, con micrófono incorporado y que no hay que apuntar para hacerlo funcionar bien, también es retroiluminado al cogerlo (sin tener que pulsar ningún botón), gracias al sensor gravitatorio incorporado en el propio mando.
Por otra parte, como comentábamos en el primer párrafo, Sony ya decidió organizar los botones de una forma mucho más lógica, pasando de tener múltiples botones cerca de los botones de dirección (Guía, Menú, etc.) a manejarse todo con los botones nuevos de acción rápida, esos que podemos personalizar a medida al sacar el menú «flotante» mientras usamos la TV. Para quien prefiera el método tradicional, que nadie se preocupe: Sony ha incorporado un segundo mando, más tradicional y con todos los botones en el paquete.
Por otra parte el micrófono sigue estando integrado en el propio mando. Además de hacer la función de asistente de voz para Google Assistant, también actuará como micrófono para ecualizar el sonido integrado y la verdad es que el resultado mejora bastante el sonido que viene por defecto configurado en la A95K, adaptando las frecuencias de la acústica a las particularidades de nuestra sala.
Y para acabar con el mando a distancia, también incorpora una nueva funcionalidad la mar de curiosa: si somos de los que perdemos el mando a distancia en el sofá o lo dejamos en alguna habitación, podemos pedirle a Google Assistant (usando el micrófono incorporado en el propio televisor) que lo busque: el mando comenzará a emitir un sonido para localizarlo, ya que lleva un pequeño altavoz incorporado.
Otro aspecto absolutamente increíble de este panel es la gran mejora que tiene respecto a otras OLED con los reflejos: el panel apenas refleja nada de luz ambiental, siendo mucho más similar a un LED tradicional que a una OLED. Además, los ángulos de visión han mejorado hasta ser perfectos al 100%. Sin embargo, el panel carece de polarizador, lo cual puede provocar que ante una luz directa al panel los negros se perciban como grisáceos.
Para acabar, también cabe mencionar la particularidad de este modelo: el soporte para la Bravia Cam. No hemos profundizado mucho en su uso y funciones, dado que a la fecha de redacción de este análisis todavía no funcionan la mayoría de sus características: solo sirve, de momento, para hacer videollamadas con ella.
Google TV: el mejor sistema de Smart TV del mercado
Desde el estreno de la Sony AF9 Master series, Sony consiguió dar con la tecla adecuada para lograr una muy buena implementación del sistema operativo Android TV en sus televisores. Ya en el 2021 con sus nuevas gamas como la A80J y A90J, Sony decidió Saltar a Google TV con muy buena aceptación, ya que el sistema operativo seguía siendo muy rápido, sin cuelgues, publicidad intrusiva, etc. Eso si, la experiencia está totalmente orientada a consumir contenido bajo demanda.
En cuanto a hardware interno, como podéis ver más abajo en la foto adjunta, el fabricante continúa apostando por un SOC (System On Chip, es decir, el procesador y gráfica del televisor) principal Mediatek MT5895 de cuatro núcleos ARM Cortex A73 a 1500 Mhz y 3GB de memoria RAM y de 8GB de memoria interna -aunque el sistema utiliza casi 4GB, reduciendo así el espacio libre disponible-.
Como os comentábamos, el sistema es realmente rápido, pero la experiencia de Google TV es completamente diferente a la de Android TV del año anterior: Google TV está enfocado completamente al contenido bajo demanda, por ello nos irá apareciendo automáticamente contenido que estemos siguiendo desde nuestras apps (Netflix, Amazon, etc.) directamente en el Home, sin necesidad de entrar directamente en las apps.
También fue el año pasado cuando Sony decidió cambiar los menús de sus opciones de imagen, integrándolos mucho mejor con la propia interfaz de Android (Google TV) y ordenando las opciones en función de su categoría (Imagen, Movimiento, etc.) que harán las delicias de los más inexpertos, ya que todo se encuentra donde debería estar y el orden es mucho más intuitivo. Además de unas cuantas opciones nuevas, Sony añade una imagen ilustrativa que explica qué hace cada opción para los más noveles.
Por otra parte, es muy fácil navegar entre las diferentes categorías con esa especie de menú flotante, pudiendo anclar tantas «categorías» como queramos, es lo que Sony ha llamado Menú Rápido. Por poner un ejemplo, si somos alguien al que le guste mucho cambiar entre modos de imagen, simplemente anclaremos la categoría «Modo de imagen» al menú flotante, pudiendo cambiar entre modos de imagen de forma mucho más rápida que teniendo que entrar en el menú general.
En cuanto a su capacidad de instalación de apps, la suerte de pertenecer al ecosistema de Google es precisamente sus posibilidades casi infinitas. Al ser un dispositivo Google TV no tendremos ningún problema con la instalación de ninguna app, es más las que lo soportan, activarán el soporte HDR/Dolby Vision (si el servicio lo soporta, caso de Disney+) y Dolby Atmos (vía ARC a un amplificador o barra, hablaremos de ello más adelante) y continúa ofreciendo soporte HDR a apps como Youtube.
Además, el acceso a reproducción de archivos por USB o por red (NAS/DAS) sigue mejorando y cada vez es más estable -aunque limitados a los 100 Mbits de la tarjeta de red integrada (aunque por suerte, solucionable con este adaptador de USB a red gigabit), algo que se repite en todos los fabricantes y este año Sony se queda como la única marca con soporte DTS (tanto passtrough como decodificación a LPCM) y DTS-HD MA y DTS:X junto a Philips, ya que el resto de marcas han eliminado el soporte.
QD-OLED: brillo y color, por fin juntos
Llegamos por fin a uno de los puntos más interesantes del análisis: ¿cómo se comporta el nuevo panel QD-OLED? a nuestro juicio, es una mejora más que notable por varios motivos que intentaremos explicaros aquí.
Lo primero que sorprende en esta QD-OLED es que tiene un ABL (Limitador de Brillo Automático) es bastante menos agresivo que en los modelos del año pasado. Ello se traduce en una imagen más impactante, que puede mostrar áreas de blanco más grandes y con más brillo que el año pasado (gracias también a la incorporación de un disipador de calor), mejorando así a otros modelos OLED tradicionales como por ejemplo la LG G2:
Otro aspecto destacable de la tecnología QD-OLED es su precisión cromática. No solo ya en términos de cobertura o paleta de colores y su impacto en HDR (algo que veremos en el siguiente apartado, si no que es una tecnología RGB pura, sin un subpíxel blanco emitiendo luz. Eso se traduce en una imagen más realista, con un tono menos «verdoso/cian» que en los modelos WRGB, algo que capta rápidamente cualquier cámara.
Calidad de imagen SDR: referencia absoluta
Ya metemos las manos en harina y comenzamos a hablar sobre la calidad de imagen. Como os decíamos en el apartado anterior, añadir un panel QD-OLED tiene una serie de ventajas realmente increíbles, no solo en términos de imagen pura, si no también en la uniformidad del panel, la mejor que hemos visto nunca en culquier televisor OLED. Es, simplemente, perfecta:
Esa uniformidad tan perfecta tiene un gran aliado en la forma de emitir (Top Emission) de la tecnología QD-OLED, con una más que notable mejora en todo lo que tiene que ver con el material comprimido: suciedad, macrobloques que se iluminan e incluso el banding de color es notablemente menos notorio en este panel que en la A90J o en cualquier otro panel WRGB OLED tradicional.
Antes de comenzar a hablar del HDR, vamos a centrar la vista sobre la colorimetría del panel, que nos ha dejado un poco fríos -al menos en nuestra unidad-, aunque por suerte se puede solucionar si contratáis una calibración profesional con sonda. Su colorimetría presenta errores importantes en el balance de blancos (de media un 5,8), mientras que el color presenta un AE medio de 3.4, algo mejor y más cercano a la norma:
Antes de dejar paso a la sección HDR, comentaros que el detalle en sombra es esencialmente perfecto desde el primer nivel de negro (0.5%) hasta el último si calibramos con sonda, por lo que podemos asegurar que el panel no presenta ni detalle en sombra más levantado del que debería ni tampoco más aplastado. Sencillamente, está donde debe estar:
Calidad de imagen HDR: lo mejor que hemos visto hasta la fecha
Pasamos ya al mundo HDR, donde nuestra A95K es capaz de llegar a los 980 nits (calibrada) al 10% de ventana y más de 220 nits a pantalla completa, lo cual es un aumento bastante grande respecto al modelo del 2021. Con estas mediciones, tendremos un muy buen efecto HDR, con ABL (Limitador de Brillo Automático, que más actúa cuanto más blanco en pantalla hay) más relajado que en el modelo del año anterior.
El HDR y el panel OLED es una combinación diabólica, pero si le añadimos una capa de Quantum Dots se convierte en orgásmica. La tecnología OLED es conocida por todos por su capacidad de encender o apagar los píxeles a nivel indiviual para que, cuando haya una escena oscura o con mucho negro, sea capaz de apagarse por completo, entregando un negro puro.
El negro es el parámetro más importante de la imagen, ya que se usa para medir el contraste: el punto más brillante entre el más oscuro, por tanto…si el negro es 0, cualquier valor que dividamos entre éste nos dará infinito: contraste infinito. Y si, el HDR más que de nits y brillo, tiene más relación con el contraste.
Entonces, si tenemos un contraste infinito la imagen es perfecta, ¿no? no, ya que hay otros parámetros igualmente importantes, por ejemplo: los tan cacareados nits. Los nits en un valor de medición de la luz, cuanto más alto sea más brillante (o capacidad de entrega de luz) podrá emitir un panel.
Ahí es donde las OLED tradicionales flaquean quedándose entorno a los 600-700 nits, mientras que este panel QD-OLED llega a la marca de los 1000 creando una imagen difícil de explicar, una mezcla entre una LED y una OLED, con lo mejor de ambas tecnologías.
En dicho extremo brillant, donde ya hemos comentado que las OLED tradicionales pueden flaquear, éstas tienen otra particularidad: dado que su estructura de píxeles está hecha completamente de puntos blancos con un filtro RGB para generar el color, solo pueden emitir una luz con color rica hasta los 350 nits, siendo a partir de ahí hasta su tope (600-700) solo blanco puro, lavando los colores en las altas luces respecto a otras soluciones. Eso en el caso de una OLED convencional…pero no estamos ante una OLED convencional.
Lo primero que sorprende en esta A95K QD-OLED es que su pico de brillo es netamente superior, llegando como decimos a la barrera de los 1000 nits, gracias a que la emisión de luz por parte de los píxeles se hace desde delante (Top Emission), sin ninguna pérdida o merma de luz, no como un OLED convencional (que se hace desde atrás, o Bottom-Emission)
La segunda gran ventaja se basa en el color. O mejor dicho en la forma de generarlo. La nueva tecnología ahora está basada en puntos cuánticos (QD o Quantum Dots) en lugar del tradicional filtro de colores RGB. Ahora los subpíxeles no son blancos si no que…y tras casi 10 años esperando, por fin podemos ver un panel RGB real: cada píxel está exclusivamente formado por los subpíxeles azules, incidiendo esta luz en los Quantum Dots y generando el rojo y verde, formando así los tres colores primarios y aumentando la riqueza cromática.
Las OLED presentadas hasta ahora, solo podían mostrar elementos brillantes y a la vez saturados en color hasta unos 400 nits más o menos, a partir de ahí solo veíamos pura luz blanca (fruto del subpíxel blanco). Pues bien, ese problema se ha acabado en la nueva Sony A95K: hasta el píxel más brillante del panel podrá mostrarse con la saturación de color correcta, dado que no hay subpíxel blanco que «lave» el color. Una auténtica revolución en el mundo OLED.
Además de la saturación de los colores en elementos más brillantes, es el propio espectro de color del panel el que permitirá mostrar una colorimetría con los colores primarios (rojo, azul y verde, como hemos visto antes) más profundos, logrando así una cobertura del espectro cromático mucho más grande (del triángulo BT2020 que usamos siempre para los UHD). Y el impacto HDR no podría ser mejor. Es alucinante ver contenido HDR en este panel, configurado y calibrado y con material de calidad.
En cuanto al seguimiento de la curva en HDR, el nuevo chip XR de Sony va variando la imagen (aunque la sigue perfectamente fiel) de forma dinámica en función de un algoritmo propietario (lo que se conoce como tone-mapping), no guiándose por lo que dice una medición estática.
Eso, junto al menor ABL, más brillo y el mayor volumen de color hace que el resultado en HDR sea simplemente fantástico, haciendo que las escenas en HDR brillen y tengan un «punch» único. Y no solo brillo: ahora ese brillo tiene dentro color, no solo blanco puro.
Como decíamos, la Sony A95K sigue la curva EOTF de referencia (en amarillo) a la perfección, lo que unido a su mayor pico de brillo hace que podamos ver cualquier detalle hasta los 1000 nits (que es como vienen masterizadas la mayoría de películas) sin necesidad de un mapeo tonal (compresión de la imagen):
Como veréis en la foto de arriba, Sony es tan estricta que ambas curvas se superponen, haciendo del seguimiento una auténtica maravilla fiel 100% a la visión del director (con la opción Gradación). Si optamos por la opción de Brillo preferido, la curva medida por la TV (la gris) está por encima de la amarilla, siendo todo más brillante de lo que debería (incorrecto).
Por otra parte, como es costumbre en Sony retendrá todo el detalle posible hasta más o menos unos 2000 nits y a partir de ahí apuesta por el clipping (descartar o quemar detalles en las altas luces) para evitar bajar el brillo general de la escena. El resultado, a nuestro juicio, es el que mejor equilibrio encuentra entre brillo y oscuridad y más con el brillo tan alto que tiene este televisor, con unas imágenes en HDR realmente impactantes.
Como bien sabéis, la A95K es compatible con otros dos formatos HDR: HLG (usado en retransmisiones de TV) y Dolby Vision, donde la Bravia A95K cuenta (al igual que los modelos del año pasado) con la implementación completa basada en el chip -hardware- de la propia TV, conocido como perfil TV-LED.
De esa forma se acaban los problemas de ver la imagen más oscura de lo normal y demasiado ruido en fuentes comprimidas. Aunque por contra, como veremos en la sección de juegos, tiene un pequeño inconveniente: no podemos activar Dolby Vision y 4K a 120 Hz a la vez.
Sony XR Cognitive de 2022: sigue a la vanguardia del procesamiento de imagen
Y por cuarto año consecutivo, encontramos que el procesador de imagen de Sony (escalado, colometría, movimiento) es el mejor del mercado, con especial énfasis en que cuanto peor es la calidad de imagen del material, más diferencia a favor del XR encontramos.
El escalado del televisor es excepcionalmente bueno, con una nitidez especialmente increíble y un marcado efecto de profundidad 3D. No solo es nítido, es que este año hemos encontrado una pequeña ventaja: no es tan ruidoso como el del año anterior, es decir, la imagen es aún más limpia. Seguramente gracias a las mejoras en este campo por parte de Sony y al nuevo panel QD-OLED. A veces sorprende ver una imagen tan limpia y nítida en fuentes de tan mala calidad, como por ejemplo la TDT:
Como os decíamos en el apartado anterior, la unión de las mejoras del chip XR más el nuevo panel QD-OLED y su excepcional uniformidad y forma de emitir la luz, hace que los macrobloques que se iluminan sean cosa del pasado. Junto a ello, hemos detectado una enorme mejora en los gradientes (aunque parte de la culpa lo tiene el filtro del párrafo siguiente), suciedad, posterización y ruido de imágenes de mala calidad, siendo mucho más similar a un televisor LED, lo cual es una excelente noticia.Como os decíamos, una gran ventaja en los modelos de Sony es el Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que aplica un filtro de De-contorno. Esta tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad. Realmente se nota, especialmente en contenido comprimido, eliminando el banding de color:
Tampoco podemos olvidarnos del MotionFlow, el sistema de movimiento de Sony. Aquí de nuevo se nos acaban los calificativos: el mejor movimiento del mercado, la perfección en este campo hecha TV. Es simplemente increíble. Es prácticamente imposible encontrarse con artefactos o problemas de objetos que se «parten» fruto de la invención de los frames; además podemos gestionar la suavidad a nuestro gusto sin aparecer efecto telenovela por ningún lado.
Como todo en Sony, es muy natural, muy orgánico; ayuda al movimiento sin destruir ese movimiento típico de cine. Eso si, este año se ha invcolucionado en el BFI a mayor frecuencia (Black Frame Insertion) para mejorar aún más el movimiento, intercalado de un frame negro entre cada frame original, ganando suavidad pero perdiendo brillo. ¿Por qué? porque solo podemos encenderlo o apagarlo, no regular su intensidad.
Gaming: continúa la evolución
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. Este año, en este campo nos encontramos con una pequeña mejora: el televisor no tiene (o no es apreciable).
El ASBL es una herramienta que, al detectar contenido estático o semi-estático (largas escenas donde los actores apenas se mueven o lo hacen muy poco), va bajando gradualmente la luz OLED hasta niveles mínimos sin que el usuario pueda hacer nada para evitarlo, el llamado ASBL. Pues bien, este problema ha quedado resuelto al no existir en la A95K. Está completamente desactivado, gracias a que el panel cuenta con una mayor resistencia a quemados al ser QD-OLED y al llevar un disipador térmico.
Según nuestras pruebas, cuando ponemos el panel al máximo de su capacidad (esto es, con un juego HDR, que suele exigir el máximo de brillo posible del panel), ésta no baja el brillo al detectar elementos estáticos, al menos no en los juegos que hemos probado (The Witcher 3 y Demon’s Souls), ambos en la consola PS5 y con el HDR activado.
En cuanto al input lag ha medido 16.8 ms tanto en 4K como en 1080p, lo cual está fenomenalmente bien y baja a 7.8 ms al funcionar a 4K y 120 Hz aunque sigue ligeramente por encima de su competencia más directa, pero apenas es notable y en cambio en Sony sigue activa gran parte del procesamiento de vídeo, por lo que tendremos un mejor escalado y gradientes de color.
Respecto a las novedades, este año la A95K por fin cuenta con VRR de serie, además de compatibilidad plena con G-Sync, Freesync y 4K a 120 Hz 10 bits y HDR en los puertos HDMI 3 y 4. ¿Lo malo? que el chipset no es capaz de hacer funcionar los juegos a 4K a 120 Hz con Dolby Vision, solo con HDR, así que tendremos que decidir si queremos jugar a Dolby Vision a 60 Hz o a HDR10 a 120, algo que no es muy preocupante viendo el excelente tone-mapping del HDR que tiene este televisor. Tampoco tiene modo Juego Dolby Vision.
Conclusiones
Y si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena por la lectura tan densa y larga! hemos intentado tocar todos los parámetros importantes de esta espectacular Sony A95K.
Nos encontramos ante uno de los mejores televisores del año, sin ninguna duda, que mejora notablemente lo que ya era una muy buena base como la A90J del año anterior. ¿Mejoras? bastantes, empezando por la más obvia: el nuevo panel QD-OLED que es absolutamente increíble. El color y el brillo, como decíamos antes, van de la mano, creando una imagen completamente sensacional en HDR, sin lavar para nada la imagen y con un brillo que llega a los 1000 nits, un avance más que importante.
En el campo del procesador, seguimos con el chipset XR ligeramente mejorado respecto al año pasado, con algunas mejoras interesantes como un menor ruido de la imagen. La base ya era increíblemente buena, con un excelente tratamiento de la compresión y posterización y, como siempre, un excelente escalado (mejorado este año incluso) y movimiento. Por otra parte, en cuanto a conectividad, seguimos anclados en los dos puertos HDMI 2.1.
Más mejoras de esas que son muy importantes pero que casi nadie analiza: la uniformidad es un 10 de 10, los reflejos han disminuido muy notablemente respecto al año pasado, los ángulos de visión son esencialmente perfectos. Y el panel QD-OLED hace que toda la compresión, ruido, posterización y demás suciedad de la imagen comprimida no sea apenas visible. Ah, además de eliminar el defecto de los macrobloques que se iluminan.
Para acabar, el nuevo mando a distancia (que además nos ha encantado la retroiluminación) es un acierto total y se lleva a las mil maravillas con Google TV (con soporte para Google Assistant, Chromecast, Airplay 2 y soporte eARC, etc.) La guinda al pastel es una calidad de sonido increíble, con una tecnología de Acoustic Surface + ya muy madura y ligeramente mejorada este año.
En el aspecto de gaming encontramos avances significativos como el hecho de haber eliminado el ASBL incluso en HDR, un muy buen input lag de 16 ms y 8 (a 60 y 120 Hz respectivamente), aunque no podemos no tener en cuenta el hecho de que sigue contando con solo dos puertos HDMI 2.1 y sigue sin tener un modo de imagen Dolby Vision Juego.
En definitiva, nos encontramos con una TV que catalogamos como Referencia absoluta, un televisor que tiene todo lo bueno de los televisores de consumo (interfaz ultra rápida, apps, sintonizadores, etc.) y los monitores de estudio profesional (mapeo de tonos, 1000 nits, uniformidad perfecta, panel RGB puro, detalle en sombra de referencia, etc.). Por lo que no podemos más que quitarnos el sombrero y darle una nota prácticamente perfecta. Es el mejor televisor para ver el séptimo arte en su máxima expresión, especialmente en HDR.