Ayer fue un día de esos en los que sales con la cabeza llena de hype. Sony nos invitó al Sony Bravia Event 2025, y desde el minuto uno dejaron clarísimo que su objetivo es que vivamos el cine en casa como si estuviéramos en la sala de proyección de un gran estreno. Y ojo, no lo decimos en plan metafórico: montaron el evento como si estuviéramos en un cine de verdad, con palomitas, hot dogs y toda esa comida que hace que ver una peli sea aún mejor. Pero lo importante, más allá de las chuches, fue lo que nos contaron: RGB LED, su nueva tecnología de pantallas que, según Sony, lo va a petar en el futuro.
Eso sí, aún no la pudimos ver en acción. Solo nos explicaron cómo funciona y qué mejoras traerá, así que de momento tenemos que fiarnos de su palabra. ¿Lo malo? Que ni siquiera llegará este año. Como muy pronto, 2026. Así que tocará esperar.
Lo que sí dejaron claro es que RGB LED no solo es para los televisores de casa, sino que también apunta a mejorar la producción de cine y televisión. La idea es que los creadores puedan trabajar con colores más fieles a la realidad y contrastes mucho más precisos, para que cuando veas una peli o una serie en casa sea exactamente como el director quería que la vieras. Pero bueno, vamos al lío: ¿qué tiene de especial RGB LED y por qué Sony está tan emocionada con esta tecnología?
RGB LED: lo que dice Sony sobre su nueva tecnología
Según Sony, RGB LED es un salto gigante en la retroiluminación de las pantallas. La clave, según ellos, es que cada LED de los colores rojo, verde y azul se controla de forma independiente. ¿Y esto qué significa en la práctica? Que los colores serán mucho más puros y precisos, porque cada LED emite su luz sin que se mezcle con los otros. En teoría, esto hará que los colores sean más vivos y más reales que nunca.
Si entramos en números, Sony dice que RGB LED cubre el 99% del espacio de color DCI-P3 y el 90% del estándar BT.2020. Esto, traducido al lenguaje humano, significa que los colores se parecerán más a los que vemos en el mundo real y no habrá tonos deslavados o demasiado saturados.
Otro punto que Sony destacó (y que suena brutal en el papel) es el brillo. Según la marca, RGB LED puede alcanzar los 4000 nits, lo que en teoría hará que los negros sean más intensos, los blancos más brillantes y el contraste sea mucho más bestia. Vamos, que las imágenes deberían verse con una profundidad y claridad tremendas, incluso en las escenas más oscuras.
Y aquí viene otro detalle interesante: RGB LED no ilumina las escenas como los televisores actuales. Sony nos explicó que, en vez de centrarse solo en los objetos más brillantes de la imagen (como hacen la mayoría de los sistemas de retroiluminación), su tecnología ajusta la luz según el color y la escena completa. Esto significa que un cielo azul, un bosque otoñal o una ciudad de noche se verán más naturales y con un equilibrio de luz perfecto.
Sony también nos habló del procesamiento de imagen, que en RGB LED llega a los 96 bits. Según ellos, esto permite que los colores tengan transiciones mucho más suaves y realistas. En otras palabras, adiós a los degradados bruscos y los problemas con los tonos intermedios. Además, afirmaron que esto también mejora el ángulo de visión, evitando que los colores y el brillo se distorsionen si ves la pantalla desde un lado.
Ahora bien, Sony no ha desarrollado esto sola. Han trabajado con MediaTek, ROHM y Sanan Optoelectronics, que han colaborado en el procesador de control, el controlador LED y los propios LEDs. Así que sí, parece que hay un equipo bastante potente detrás de todo esto.
Pero aquí viene el bajón: RGB LED no estará en los televisores de este año. Sony confirmó que la producción en serie empieza en 2025, pero no lo veremos en televisores hasta 2026 como mínimo. Es decir, suena impresionante, pero aún falta bastante para que podamos comprobar si realmente es tan bueno como prometen.
Lo que sí está claro es que Sony sigue apostando fuerte por hacer que nuestras teles se vean como una pantalla de cine de alta gama. Y si todo lo que nos contaron ayer es cierto, RGB LED podría marcar un antes y un después en la industria. De momento, solo nos queda esperar y cruzar los dedos para que todo esto se haga realidad. ¡Ojalá la espera valga la pena!