Tras varios episodios y 6 meses de parón, os traemos por fin la tercera parte (y cuarto episodio) de cómo hacerte una sala de cine dedicada paso a paso. En los anteriores episodios vimos como calcular la posición de altavoces, hacer paredes y materiales necesarios. Hoy ya podemos traeros todo eso en la práctica, ya que la sala ya ha avanzado en más de un 80%, por lo que queda poco para terminarla.
Recordad que la idea es hacer una serie de vídeos con artículos (un videolog) con la evolución de la sala dedicada desde su creación en mi mente hasta la finalización completa. Hoy os traigo el tercer episodio (y cuarta parte si tenemos en cuenta el episodio 0), donde ya no solo hablaremos de la teoría, si no que entramos de lleno en la práctica.
Cambio radical de altavoces: bienvenidos, JBL Synthesis
Ya vimos en el anterior episodio que íbamos a optar por un equipo profesional basado en los JBL 4722N, pero resulta que finalmente entre aislamiento y que las medidas de la sala han acabado siendo más pequeñas, hemos desechado este equipo por ocupar demasiado sitio. Tras tener una suerte tremenda en la venta y no perder casi nada con la misma, hemos optado por una línea de altavoces mucho más modernos, eficientes pero sin perder la potencia y tipo de sonido pro: los JBL Synthesis SCL-6 y SCL-7.
Como veréis en la sección del aislamiento de paredes, es necesario darles al menos 10 cm de grosor (paredes de placas de yeso laminado) para poder empotrarlos, con una serie de litrajes mínimos recomendados, que en el caso de estas dos series son las siguientes:
Como veis, tenemos espacio de sobra, ya que una pared de 3 metros de ancho y 2.8 de alto con 10 cm de profundidad, nos daría unos 840 litros, más que de sobra para albergar los SCL-6. En el caso de los SCL-7, que compondrán los sorround y traseros de la sala, se le has construido una caja de madera para cerrarlos por detrás, relleno de guata y con unas medidas de 1.25 de alto, por 0.6 de ancho y los 10 cm de grosor, que nos da unos 75 litros totales, más que de sobra para éstos:
Para acabar la sección de altavoces, para los Dolby Atmos hemos elegido el modelo JBL 328C, unos estupendos altavoces con motor de compresión muy similar al de los SCL-6, con un driver de 8 pulgadas y diseño coaxial que además, al ir montados sobre un techo registrable, podremos inclinar para que el ángulo de visión sea el correcto para nuestra zona de audición.
Por último, tenemos que hablar de los subwoofers. Se ha optado por un diseño a mano usando dos subwoofers con un driver JBL 1514 GTO de 15 pulgadas. Las medidas de los cajones son de 1.25 metros, por 67 cm de ancho y 22 cm de profundidad, siendo así la opción que menos tamaño de sala nos ocuparía. En las simulaciones con este litraje, debería bajar en campo libre a 110 dB a 20 Hz, lo que quiere decir que en nuestra sala probablemente ofrezca este rendimiento hasta los 7-8 Hz sin mayor problema. Los veremos en el próximo episodio.
Rack: mejor fuera de la sala y aislado del resto
Al poder aprovechar la reforma de la vivienda antes de empezar la sala, pudimos dejar preparado el hueco de la escalera para cerrarlo y pasar todos los tubos corrugados por debajo del embaldosado (que lógicamente se hizo después). Con un total de 18 tubos, todos ellos van hasta debajo de la escalera, cerrada ahora por un sándwich de doble pladur similar al phonique con lana de roca de 4 cm y lámina bituminosa entre capas.
El rack sigue con la misma composición que hasta ahora: previo Arcam AVR20, 4 conversores (para 8 altavoces) de RCA a XLR sin pérdida ni distorsión audible, 3 etapas Yamaha P7000S, P5000S y P2500S, una etapa Behringer NU6000DSP con ventiladores Noctuam un reproductor M9205C, un NAS Synology con capacidad para 12 bahías, un Aircom T10 de AC Finity y un switch de red de rack de 24 tomas.
Suelo técnico con amortiguadores Senor de baja dureza
Tras muchas opciones, al final decidimos trabajar sobre el concepto de box in a box. Es decir, crear una habitación dentro de la habitación, desacoplada de la original. Para ello existen dos métodos conocidos:
- El que mejor resultado ofrece es tratar cada pared, suelo y techo como un elemento individual y desacoplado del resto con sus propios amortiguadores calculados para dicho peso, etc.
- El que ofrece un 90% del resultado anterior, pero es más fácil: crear un suelo y un techo falsos desacoplados y construir sobre ellos las paredes.
Por facilidad y precio, hemos optado por la segunda vía. Para ello empezamos primero por el suelo: es necesario crear un suelo acústico que repose sobre unos amortiguadores adecuados. Para ello, necesitamos saber el peso final del suelo…en nuestro caso optamos por: doble capa de DM de 1.6 cm y lámina bituminosa de 4 mm. El peso final es, aproximadamente, de unos 18 kilos por m2:
Para elegir los amortiguadores correctos para este peso tuvimos que calcularlo todo varias veces y bucear en la red, hasta encontrar los TSC-20V de Senor, cuyo rango de trabajo va de 5 a 25 kg (por taco). Calculando los m2 de la habitación…ya teníamos los tacos ideales para que aguantasen los 18 kg por metro cuadrado que necesitábamos.
Solo había que colocarlos en la modulación correcta (usando cinta de doble cara o pegamento) y comenzar a poner las maderas (y cortarlas), tras los cual añadiríamos la capa de Danosa MAD4 y sobre ésta, la segunda capa de DM, que acabaría sellándose con Sikaflex 11 FC (sellador elástico) y unos cuantos tornillos para evitar que se muevan.
Siempre hay que recordar poner tanto la capa de la lámina bituminosa como la segunda capa de DM a contrajunta, para evitar posibles fugas y sellarlo todo bien con cinta americana. Es vital que el nuevo suelo no toque en ningún momento ninguna de las paredes originales, ya que queremos desacoplar el nuevo suelo del resto de la sala. Aprovechamos el nuevo suelo para pasar un tubo corrugado y tener un enchufe justo debajo de donde irá el sofá/butacas.
Techo flotante con los Senor 4360-47-DS
La idea para hacer el techo es la misma que para el suelo: hacer una estructura desacoplada usando los amortiguadores Senor 4360-47-DS. Para ello necesitamos:
- Los propios amortiguadores.
- Los anclajes SE-SRC-M6.
- Varilla roscada de métrica 6.
- Cruceta Empalme TC47
- Perfil de techo continuo 47 mm
Con todo eso en nuestro poder, empezamos anclando los anclajes SE-SRC-M6 a las vigas -de madera en mi caso- y calculando los cm necesarios de varilla. Como quitarle el mínimo posible de altura, los dejamos a 3 cm del propio amortiguador. Éste se sujeta mediante la varilla y al amortiguador ya va el perfil continuo de 47 mm para crear los perfiles primarios. Con las cruceta de empalme TC47 podemos crear tantos perfiles secundarios como queramos.
Bien, una hecho toda la estructura, es hora de llenarlo todo de lana de roca de densidad media-baja (30-40 Kg/m3) hasta dejarlo todo totalmente cubierto:
Y ahora, lo más divertido…y complicado. Poner la primera capa de pladur (al ser una casa antigua hemos optado por el pladur básico BA13 de 1.3 cm) y sellarlo bien con masilla. Os recomendamos un elevador de pladur si no queréis maldecir al creador de este tutorial:
Tras enmasillar, es el turno de poner la lámina bituminosa de 4 mm…en el techo. Podéis hacerlo usando adhesivo de gran fuerza o tornillos. Tras ésta, le toca el turno a la segunda capa de pladur y de nuevo a enmasillarlo todo para dejarlo visto, ya que en nuestro caso, 20 cm por debajo, irá el techo falso registrable Tonga, un techo que ayudará con las reflexiones, como el de los cines.
Bien, ya tenemos lo esencial: techo y suelo falsos y desacoplados de la estructura original. Es hora de empezar con las paredes. Pero antes, hay una pared en concreto muy peculiar que tratar aparte.
Pared frontal: baffle wall y una estructura de pladur inversa
Bien, la pared donde irá la pantalla, es la pared frontal. Ésta será la pared más importante de todas y la que más trabajo nos va a dar, ya que es una pared doble…y en nuestro caso, triple. Pero vamos por partes.
Como hemos indicado, vamos a hacer 4 paredes de doble pladur y lámina bituminosa de 10-11 cm (para que quepan los altavoces empotrados de JBL) sobre el suelo y techo acústicos. Bien, pero queríamos ganarle los máximos centímetros posibles a la sala sin perder el concepto de box in a box e integrar también los subwoofers. ¿Y cómo lo hemos hecho? bien, sobre la pared original hemos puesto Chovacoustic 65, un material compuesto por una lámina bituminosa de 4 mm y 2 cm de lana de roca densa:
Solo con esto ya se notó rápidamente la mejora en aislamiento respeto a la calle, que es donde da esa pared. En fin, dejando 1 cm de separación, nos decidimos a montar una estructura metálica de pladur…inversa. El pladur queda atrás y las guías, delante. Tuvimos que montarla 40 cm más adelantada con tornillos en suelo y techo y una vez montada, soltarla y moverla hasta su posición y volver a atornillarla:
Se rellenó de lana de roca de 40 Kg/m3 y de nuevo se le puso su capa de pladur, masilla, lámina bituminosa de 4 mm y de nuevo pladur y masilla, ya aprovechando para pasar todos los tubos necesarios de la pared frontal (para los altavoces, luces, etc.):
Bien. ¿Y por qué todo eso? porque los subwoofers ocupan 21 cm en total. La idea es, delante de esta pared que veis, hacer otra a 10 cm y cortar la forma de los subwoofers hasta llegar al pladur blanco inverso para meterlos empotrados, sin que toque en ningún momento la estructura y seguir con el box in a box sellado, ya que el pladur blanco seguirá cerrado. Así, le hemos ganado unos preciados 8 cm a la sala. En la pared que va delante de la que se ve en la foto, irán los altavoces central, izquierdo y derecho y delante la pantalla acústica-
Paredes aislantes sobre suelo y techo desacoplados: un acierto total
El resto de paredes son más fáciles: todas van a unos cuantos cm de las paredes originales, rellenas de lana de roca, pladur, lámina bituminosa y pladur. Con su enmasillado en cada capa y siempre a contrajunta. La excepción es la pared que da al pasillo, compuesta por dos paredes…ya que tenemos doble puerta como veremos luego.
La pared exterior está montada sobre el embaldosado normal de la casa, mientras que la pared interna lo está sobre el suelo técnico de madera y en ningún momento se tocan, para evitar puentes acústicos. Así a la pared de fuera se le ha puesto una bonita y vieja puerta de madera -que está pendiente de terminar para mejorar el aislamiento- y por dentro una puerta cortafuegos como veremos luego.
Por otro lado, todas las demás paredes van como hemos comentado, usando el mismo sándwich y pasando todas las tuberías por su interior sin más misterio. El estado actual de la sala es del 90% en este sentido, ya que solo falta terminar de enmasillar una pared y media para dejarlo todo terminado. No se pintarán, se usará otro sistema más novedoso que veréis en el siguiente capítulo.
Puerta con cierre presión y una trampilla para los tubos de las conexiones
Bien, como veis en la foto superior, no podíamos dejar la sala solo con una puertecita de madera que iba a echar por tierra todo el trabajo de insonorización. Así que como os decíamos antes, se decidió montar en la pared interna una puerta RF (antiincendios) que además de pesar muchísimo más y ser de aluminio, tiene un excelente aislamiento acústico (lleva lana de roca en su interior).
Se cerró el hueco para la llave, puesto burletes y se le ha cambiado el pomo por un cierre G-942 para camara frigorifica de presión, ya que si no se usa, se pierde muchísimo aislamiento al no cerrarse por completo. Una compra magnífica y que se nota muchísimo respecto a no tenerla.
Con respecto a los más de 36 tubos corrugados que campan por lo largo y alto de la sala de cine, todos acaban en un punto a la derecha de la sala -cerca del baffle wall-. Como era imposible acomodarlos en una caja de registro, se ha usado una trampilla de pladur del mismo grosor que las paredes y con burletes acústicos para evitar vibraciones y funciona perfectamente:
Ventilación del proyector de primer nivel sin perder prestaciones de aislamiento acústico
Bien, con todos los problemas solucionados nos quedaba el último y más importante: el calor. Cabe recordar que el proyector irá «cerrado» en un mueble de la cocina que es justo la habitación trasera de la sala de cine. Por la parte de la cocina, justo delante del proyector, habrá un agujero de 58 cm de ancho, dejando así «salir» el calor de forma natural por delante del proyector.
Para ello he optado por dos tubos conectados a las salidas de aire caliente delanteras del JVC que a su vez van a una T escondida en la pared, sale un solo tubo hasta la cocina nuevamente y de ahí de nuevo por la pared original de la sala -en una roza- hasta salir al pasillo:
¿Por qué tenemos que meter el tubo de nuevo para la cocina? pues porque va a un mueblecito de la cocina que alberga tanto el CLOUDLINE PRO T4 de AC Infinity con el silenciador incorporado. El ventilador queda allí, lejos de la sala, tras un mueble (y más aislamiento acústico), 30 cm de pared original de la casa más el doble pladur y la lana de roca + la lámina bituminosa de la pared de la sala de cine.
Bien, lógicamente no vamos a dejar un agujero de 58 cm abierto ahí, perdiendo todo el aislamiento de la sala. Así que delante de ese hueco irá nuestra pared doble de pladur, como en el resto de la sala. Se cortará solo 30 cm por 30 cm para colocar un cristal templado doble para proyección y evitar que el ruido que emite el proyector se cuele en la sala y evitar perder aislamiento acústico. Y solo se pierde un 1% de la luz y sin ningún tipo de reflejo molesto.
Ya tenemos hecho el hueco, a falta de finalizar las paredes para colocar el cristal. Éste, para evitar que toque la estructura original, irá solamente sujeto mediante espuma acústica de gran expansión, que además usaremos para sellar tanto ese hueco como los demás de la puerta u otros posibles huecos que hayamos dejado en la construcción de la sala.
Siguientes pasos para una sala que está casi lista
En los siguientes capítulos veremos ya la sala acabada. Actualmente solo nos queda:
- Terminar los trabajos de masilla de una pared.
- Construir la pared del Bafflewall.
- Colocar el cristal de proyección y pasar cableado.
- Colocar el techo acústico Tonga.
Y a nivel de obra, será todo. Nos quedará poner la moqueta negra en el suelo y…hacer algo con las paredes. Finalmente no se pintarán, si no que compraremos un material llamado Triple Black Velvet que no refleja la luz y es 100% negro para enmascarar toda la sala y evitar reflejos lumínicos en la pantalla. En las zonas de altavoces y en el techo Tonga, usaremos la variante de Whaleys, aún más oscura y 100% transparente acústicamente hablando, aunque más cara claro.
Y evidentemente, nos quedará comprar la pantalla de 130-135″ ultraperf acústica, colocar los altavoces y finalizar los subwoofers. Además de toda la parte de tratamiento de acondicionamiento acústico que veremos en un episodio aparte.
Puedes encontrar el resto de episodios de la serie pulsando aquí: