Que el cine está muriendo poco a poco es un hecho. Nadie se atreve a ponerle la etiqueta de defunción todavía, pero es una cuestión de tiempo. Hace unos días sabíamos que Cinesa, la cadena líder de las principales salas de cine de España, había aumentado un 56% sus ingresos respecto a 2022, pero aún así continuaba en números rojos arrojando unas pérdidas de 26 millones de euros.
El tema es complejo, pero como bien marcamos en los tags, estamos ante una noticia de opinión, así que voy a intentar analizar el por qué hemos llegado hasta aquí y cuales son los motivos y potenciales soluciones que tiene el cine tradicional para sobrevivir en nuestra era. Abro debate.
Motivos por los que el cine se muere: un modelo caduco de negocio y con poca visión de renovación
Definir los males que asolan las salas de cine es, como decíamos más arriba, extremadamente complejo. Sin embargo si que hay un denominador común en todos ellos y que creo que casi todos tenemos en la cabeza sin mucho esfuerzo, resonando en la misma el «¿pero por qué no se dan cuenta si es tan obvio?» A veces, no es tan obvio. O si, pero nadie quiere o nadie se atreve a tocar el statu quo.
El factor más grande que afecta al cine es generacional. Las nuevas generaciones, nativos digitales, han nacido con una tablet bajo el brazo y su ecosistema es puramente doméstico. Eso de ir a una sala de cine, perder 3 horas (cuando hoy en día las nuevas generaciones lo quieren todo ya y rápido) y tener una experiencia en una sala gigante llena de gente desconocida suele echarlos para atrás, así que contra eso el cine tiene las de perder contra la oferta que pueden tener en casa, que sería el segundo gran motivo.
Y si, el segundo motivo es precisamente la enorme oferta de entretenimiento que tiene uno hoy en día en casa, no solo a un precio infinitamente inferior (podemos optar por suscribirnos a una plataforma de streaming con sus miles de películas y series todo un mes por el coste de una entrada en el cine), si no que además lo podemos disfrutar cómodamente en el salón de casa, con la familia o amigos únicamente y con una calidad de imagen y audio prácticamente igual a la del cine, más si contamos con una buena instalación de TV y altavoces.
Muy ligado con lo anterior tendríamos el factor precio. No puede ser que en casi el año 2024 una entrada de cine llegue a costar 8,50 euros entre semana. En una sala vieja, con los altavoces hechos polvo y la calidad de la proyección mediocre con la bombilla al mínimo para no gastar. Esos cines acabaran desapareciendo antes de 2030 y solo quedarán los de más calidad, ya que si se piden precios altos, la gente filtrará y solo optará por los más cuidados. Y si, ahora hablaré del precio en el apartado de las posibles soluciones.
Se que habrá más factores (por ejemplo, que vivas en un pueblo y no en una ciudad y no vayas a conducir 30 km hasta el cine más cercano, que tengas niños y prefieras ver la peli de turno en casa con la pizza recién hecha, etc.), pero en general creo que la mayoría acordará conmigo que esos son los factores principales, así de forma resumida. Vamos ahora con las soluciones.
Posibles soluciones que revivirían al sector del cine: será por candidatos…
Bien, con la cruda realidad en las narices, es hora de que la industria de las principales cadenas de cine se sienten de una vez a intentar redirigir el negocio o acabarán desapareciendo, como otros tantos gigantes intocables de tantas épocas pasadas. Y como pongo en el titular, será por soluciones:
- Precio: este es con diferencia donde más pueden hacer. Como bien saben ellos mismos, en la fiesta del cine las salas suelen llenarse, incluso en algunos días del espectador si la cartelera es buena. ¿Si saben que bajando el precio venden el triple o el cuádruple, por qué no rebajan a un precio más terrenal las sesiones normales? algo así como 4.49 entre semana, 4.99 los findes y festivos y 2.99 los miércoles, por ejemplo.
- Ofrecer un factor diferenciador respecto a lo que se puede obtener en casa. Ha llegado un punto en que la calidad de imagen y sonido ya no lo son, así que podrían explotar y explorar más ideas como el 3D (con o sin gafas), iSense. iMAX o salas con tecnología 4DX por ejemplo, además de seguir apostando por un tamaño gigante de diagonal.
- No puede ser que saquen abonos y tarifas planas para clientes…que no son planas. O no incluyen a los niños, o no incluyen las sesiones 3D o los fin de semana o la cartelera X o el motivo que se les ocurra. Plana es plana, pago 10 euros al mes y puedo ir a ver todas las películas durante el mes sin problemas. Y no obligues a pagarlo anualmente, si no mes a mes. Al final se resume en una cosa: copia el modelo Netflix.
- Publicidad: algo que horripila a la gente que aún va al cine es, que aún habiendo pagado por la sesión, tengas que comerte media hora de anuncios antes de ver la película. Esto es algo que está explorando el mundo del streaming y también se está equivocando.
- Calidad: cuando un bien se democratiza, la gente empezará a priorizar en función de la calidad. Es decir, si vas a cobrar más dinero, vas a hacer que salga de casa, vas a hacer que vaya a una sala llena de gente (que muchas veces, incordia) y encima me vas a ofrecer una calidad de imagen y sonido de tercera división e infinitamente peor que la que tengo en casa…¿para qué voy a ir?
- Normas: intentar que la gente que moleste se tenga que ir de la sala de cine. No es normal pagar y tener que aguantar a gente con el móvil encendido, hablando, chillando y riéndose toda la película. Al igual que cuando se va a una ópera o al teatro se guarda silencio, aquí también.
En definitiva, soluciones hay tantas como cada uno quiera o tenga en su cabeza, pero de nuevo, la lista más común de «soluciones para volver al cine» seguramente sea muy similar a la que acabo de hacer. Cabe destacar que soy un cinéfilo empedernido, pero también realista y se que el cine acabará muriendo más pronto que tarde como no empiecen a cambiar las cosas. No pueden competir ofreciendo algo peor y más caro que la competencia, la historia se ha encargado de demostrarlo demasiadas veces.