La tecnología de televisores QD-OLED de Samsung corre peligro y es que según informan varios medios ´coreanas y japoneses, Samsung sigue sin sacarle rentabilidad. Ojo, hablamos exclusivamente de tamaños grandes de paneles, es decir, de televisores, ya que la venta de paneles medianos y pequeños -es decir, monitores– está yendo fenomenalmente bien. La poca penetración de los televisores QD-OLED tienen varias explicaciones como iremos viendo.
Uno de los principales problemas de Samsung Display es que tiene muchas de sus grandes divisiones dedicadas a la producción de paneles QD-OLED en departamentos pequeños y medianos. El objetivo es mejorar las ganancias reduciendo los costes laborales y del producto, aumentando así la rentabilidad en grandes sectores donde la estructura de ganancias aún es débil.
Los televisores Samsung QD-OLED podrían estar en peligro
Según un informe del 25 de marzo del medio coreano KIPOST, Samsung Display tiene un problema grande en su estructura de empresa. Sigue manteniendo equipos muy pequeños a la investigación y desarrollo de pantallas QD-OLED, a la vez que sigue aumentando el personal para los modelos Neo QLED y Neo QLED 8K, considerados la estrella de la marca.
Curiosamente, la firma sigue aumentando sus niveles de producción de todo tipo de pantallas…pequeñas y medianas (tablets y móviles) con la llegada de una nueva línea de producción de de paneles pequeños de 8.6 generación, con un centro de producción muy grande y una capacidad de fabricación a gran escala. De hecho, debido a ello, la firma está viendo como ha aumentado la demanda de mano de obra. No ocurre igual en el sector de los televisores.
Siempre según el medio coreano KIPOST, Samsung Display actualmente no tiene planes de realizar inversiones adicionales en la tecnología QD-OLED. ELa marca «QD-OLED» parece estar disminuyendo en la escala interna de preferencias de Samsung. Además, la firma coreana vende actualmente televisores QD-OLED fabricados en Asan, pendiente de una ampliación. Dado que no hay nuevos planes de inversión para QD-OLED, parece que han decidido vender sus equipos para fabricación de pantallas QD-OLED, una muy mala noticia.
Una mala estrategia de marketing y un alto coste de fabricación, los causantes del problema
Samsung Display originalmente planeó invertir 1.3 billones de wones (aproximadamente 10,85 mil millones de dólares) para convertir su línea de producción de pantallas de cristal líquido (LCD) L8 en Chungcheong-do, en Corea del Sur, a una línea de producción de pantallas QD-OLED. Realmente llegó a ocurrir y la línea de producción de LCD L8-1-1 se cerró inmediatamente y se convirtió en una fábrica de paneles QD-OLED.
Originalmente, Samsung Display planeaba cerrar también la segunda línea de producción (L8-2-1), y la capacidad de producción total de las dos fábricas era de 200.000 sustratos de vidrio de octava generación por mes. Los paneles QD-OLED se producen en masa desde 2022. Según los medios coreanos, el equipo de fabricación de LCD original del L8-2-1 ya se ha vendido y la inversión en QD-OLED no aumentará, sino que se invertirá en la gran línea de producción de OLED para móviles y tablets de 8.6 generación, mucho más rentable.
Realmente uno de los principales problemas es que la propia Samsung no cree que su mejor tecnología sea la QD-OLED, es más si uno entra en su página web oficial puede comprobar como en la categoría de TV & AV está ordenado por mejor a peor -según Samsung- y ahí vemos como la primera y segunda mejor categoría son las Neo QLED 8K y Neo QLED, respectivamente, siendo la QD-OLED la tercera opción. Es complicado competir contra LG y sus OLED si la propia Samsung no cree que sus modelos sean los mejores que puede fabricar.
A ello se le une lo ya comentado: los costes de producción siguen siendo demasiado altos y no dan con la tecla de cómo conseguir fabricarlos bajando el precio. Y tampoco pueden vender estos televisores más caros que la competencia porque, si ya las ventas están yendo mal, supondría prácticamente no vender casi nada. Así que Samsung está en una situación complicada que podría acabar llevándose por delante a los televisores QD-OLED.