Este pasado jueves 4 de julio, ‘Segunda muerte’ ha emitido su sexto y final capítulo. Con «La primera muerte» desentrañamos de una vez por todas el caso de Juliana Cobián, muerta hace siete años y cuyo cadáver se encontró Sandra, una joven auxiliar de policía, en una cabaña hace no más de tres días. Así, esta serie original de Movistar Plus+ plantea una crucial pregunta; ¿cuántas veces puede morir una persona?
Empezamos con un resumen de todo lo ocurrido en la finale.
¡Ojo, spoilers de la serie completa! Si no quieres que te la destripemos, estás a sólo un click de ponerte al día
El capítulo de la semana pasada terminó en un cliffhanger; Jano, acusado de haber perpetrado el asesinato de Soledad y haber escondido a Juliana durante siete años, persigue a Tello y le golpea en la base del cráneo. Tello, sangrando e inconsciente, queda abandonado en el suelo mientras Jano escapa, con la esperanza de haber agravado el mal estado de la memoria de «La montaña» y, con un poco de suerte, hacerle olvidar sus averiguaciones. Lo que no se espera es ser atacado por más de un flanco; Sandra, por su cuenta, ha llegado a la misma conclusión que su padre, y hace así que la Guardia Civil, a la espera de una orden judicial, arreste al supuesto asesino.
Cuando Sandra llega a casa espera encontrarse allí a su padre y comunicarle las buenas noticias; sin embargo, las complicaciones en su vida no han terminado todavía cuando no encuentra a Tello por ninguna parte. Así, Sandra no logra descansar y va detrás de Jano, convencida de que ha sido él el último que lo ha visto. La policía organiza una redada de búsqueda, pero Sandra tiene muy claro que sólo desvelando toda la verdad acerca del caso de Juliana y Soledad logrará encontrar a su padre. Pone así sus habilidades eidéticas a trabajar y termina encontrando a Alisa Cobián, hija de Marina y Jano, quién confesa inmediatamente haber matado, por accidente, a Soledad.
Con esta información, Sandra consigue presionar a Jano para que le de el paradero de su padre. Por su parte, Tello, conmocionado y en un limbo entre la vida y la muerte, ve pasar ante sí una serie de alucinaciones mientras trata de escapar de la fábrica en ruinas en la que Jano lo ha dejado a morir. «La montaña» se reconcilia con su difunta mujer, visita a Marina (su amante) en sueños y retrocede en el tiempo para hablar con una Sandra embarazada de Dani. Esto parece tener un efecto catártico en él; Sandra termina encontrando a su padre con una desesperación que le hace darse cuenta de lo mucho que lo aprecia.
El capítulo termina con un salto temporal. Tres meses más tarde, Castro sigue en la cárcel cumpliendo condena por el asesinato de Isidro (por el que la joven afirma querer confesar para limpiar su conciencia), Sandra vende su cabaña en el monte tras empezar una relación romántica con Claudia Cobo, y los vínculos padre-hija parecen más sólidos que nunca.
Crítica final; ‘Segunda muerte‘ no explora nada nuevo en la finale
Venimos diciendo las últimas semanas que la atractiva propuesta de ‘Segunda muerte’ se ha ido desinflando por el camino. La dirección flaquea y pierde el rumbo de lo que se estableció como trama principal, tono y temática; y, aunque el sexto capítulo levanta cabeza, la conclusión de la serie no termina de dejarnos satisfechos.
Quizá sean las ensoñaciones de las que es preso Tello mientras está abandonado y a la intemperie, un recurso de lo más interesante que, sin embargo, no viene a contarnos nada que no sepamos. Marina y Tello se querían; Esther pasó su enfermedad sola, permitiendo que mientras tanto su marido viviese con «la otra»; y Sandra nunca le ha perdonado ser un padre ausente y falto de muestras de cariño. Este limbo, en el que no nos queda muy claro si «La montaña» está vivo o muerto, es más un ejercicio para subrayar lo que ya sabemos que para ahondar en el pasado familiar de los protagonistas.
Por otra parte, el flash-forward con el que termina la serie toma una serie de decisiones que son, cuanto menos, cuestionables. Sandra deja a Castro mientras éste está en la cárcel, cumpliendo pena por un crimen que ella misma cometió; después de haberle esperado durante siete años a su primera salida de prisión, Sandra no parece poder aguantar tres meses más y arranca una relación romántica con Claudia Cobo sin que éste lo sepa. Su intención es entregarse a la policía como asesina confesa de Isidro, después de haber dejado que Castro sufra tres meses en una prisión que no merece; y Tello no muestra signo alguno de la demencia senil que tanto le aquejaba en los primeros capítulos.
Con el arresto y condena de Jano parece haberse cerrado la investigación de las muertes de Juliana y Soledad; sin embargo, no indagamos en los métodos ni en las motivaciones del perpetrador, y la confesión de Alisa viene casi voluntariamente, en una escena nocturna en medio del bosque que es muy efectiva pero a la que le faltan sentido y razón de ser. Lo mismo decimos con distintos detalles a lo largo de todo el capítulo, muestra indiscutible de cierta falta de cuidado en la clausura de la producción de la serie.
En conclusión, no podemos hablar de una buena resolución para la historia de Sandra y Tello, que ha perdido fuelle desde sus dos primeros capítulos y ha olvidado por el camino lo que los hizo tan especiales. La ambientación pasiega y rural está presente como telón de fondo, pero no está incorporada en la trama o el guión; la constante mención al ojáncanu no deriva en más que un reconocimiento de que es un monstruo del folklore local; y la profundidad que pudieran tener tanto padre como hija se ha ido diluyendo con los capítulos, que no han sido capaces de construir dos personajes complejos.
Sandra se presentaba como un personaje más que interesante con el arranque de la serie; una mujer con una inteligencia por encima de la media que abandona su carrera en Madrid para volver a su pueblo cántabro, pero que incluso allí no puede acallar su sentido innato de la curiosidad ni su necesidad de acción. Los dos primeros capítulos de ‘Segunda muerte’ nos engancharon bastante a esta serie que, si bien no ha encontrado el mejor final del que era capaz, sigue siendo una apuesta atractiva con ejecución técnica correcta, espectacular fotografía y gran trabajo del departamento de arte.
Georgina Amorós interpreta a Sandra en esta propuesta que, al contrario de lo que vaticinábamos en un principio, no le queda para nada grande; la joven barcelonesa no brilla, pero no creemos que ello sea su culpa si no una falta de claridad en la dirección. Karra Elejalde es un Tello tierno con una trayectoria inconsistente pero que nos hace secarnos una lágrima o dos en este capítulo final; en definitiva, ‘Segunda muerte’ comete una serie de errores conscientes en la parte artística pero no por ello deja de contar con dos grandes cabezas de cartel que tratan de hacerla reflotar.
‘Segunda muerte’ ya está disponible, entera, en Movistar Plus+.