El mercado de las Smart TV está en claro auge. Por un lado, la bajada del precio de los componentes necesarios para fabricar estas soluciones hacen que cada vez sea más fácil encontrar televisiones baratas en el mercado. Y no hablamos de dispositivos 1080p, sino de completas pantallas UHD con una calidad realmente alta. Por no hablar de la llegada de las primeras Smart TV 8K, como la impresionante Samsung The Wall Luxury. Pero, si eres un amante del cine. ¿No es mejor comprar un proyector?
Aquí entramos en un debate que lleva sucediéndose desde hace años por los amantes del cine. Y es que, teniendo en cuenta que por 500 euros, tienes una televisión con resolución 4K con una calidad más que decente y una diagonal de 50 pulgadas, ¿Qué es mejor comprar, una Smart TV o un proyector?
La diferencia de precio entre una Smart TV 4K y un proyector 4K es abismal
El primer punto que hay que tener muy claro es que, la diferencia de precio entre un dispositivo y otro es muy notable. Sí, puedes encontrar proyectores 4K baratos, pero cualquier solución que tenga un precio inferior a los 1.000 euros, no ofrece un 4K real, sino un reescalado que simula la resolución UHD. Y esto, es un detalle a tener en cuenta.
ViewSonic X10-4K, un proyector 4K de tiro corto con asistente de voz
Olvídate de lo que leas en foros. Sí, es cierto que los resultados conseguidos con ese pseudo 4K están bastante bien, pero no son un 4K real, así de sencillo. De esta manera, aunque la inversión sea mayor, no lo dudes y apuesta por un proyector 4K real. Además, al final del artículo te vamos a recomendar un modelo que cuesta 1.169 euros de oferta en Amazon y cuenta con algunas prestaciones muy interesantes.
A la hora de escoger entre un proyector y una Smart TV 4K, el tamaño importa, y mucho
Aquí, llegamos al apartado más importante a la hora de valorar si es mejor comprar una televisión 4K o apostar por un proyector 4K. Para empezar, has de tener en cuenta las dimensiones de la sala donde vas a colocar cualquiera de las dos soluciones. Si no puedes permitirte colocar una pantalla con una diagonal superior a las 70 pulgadas, no lo dudes más: mucho nos tememos que un proyector 4K no es una buena idea, ya que teniendo en cuenta que la imagen se verá en peor calidad que en una Smart TV 4K, no vale la pena tener una solución de este tipo si no puedes sacarle el máximo partido.
Eso sí, si en cambio tienes espacio para disfrutar de una pantalla mucho mayor, y la diferencia de precio no te importa, un proyector es la mejor opción. Incluso, aunque comprases un proyector 1080p sería una compra más que acertada. Te podemos asegurar que la diferencia a la hora de disfrutar de una película, una serie o un partido de fútbol, por poner algún ejemplo, es notable.
Y es que, la sensación de inmersión que consigue un proyector, que nos permite sentirnos como si estuviéramos en el cine, supera con creces a la experiencia conseguida por un televisor 4K. Y sí, da igual que tengas un proyector 1080p con peor calidad, la diferencia en términos de resolución es lo de menos. En resumen: nadie puede competir en espectacularidad con un proyector.
En el resto de apartados, la Smart TV gana por goleada a cualquier proyector
Vamos a dejar de lado proyectores que superan los 6.000 euros, y que son el complemento ideal para una sala habilitada para convertirla en un cine en casa. Por lo tanto, ciñéndonos a la realidad de la gran mayoría de usuarios, las facilidades que ofrece una Smart TV superan de largo a sus rivales.
Brillo y contraste: aquí entramos en el mayor punto flojo de cualquier proyector. Y es que, cualquier televisor UHD con una calidad mínimamente decente, permite ver contenidos en un entorno iluminado sin mayores problemas, mientras que un proyector sufrirá estragos en términos de calidad si no has podido oscurecer casi en su totalidad la sala que vas a utilizar.
Sí, es cierto que hay pantalla de rechazo de luz que mitigan, en parte este problema, pero la Smart TV sigue superando con creces a su rival. Y no, no hay ningún proyector que sea capaz de plantar cara a una Smart TV con tecnología OLED, o aún mejor, un panel MicroLED en términos de contraste. Lo negros más puros de esta tecnología no tiene rival.
Gestión del color: El HDR que las Smart TV no tiene rival. así de sencillo. Por muy buena que sea la gestión del color que realice un proyector de 9.000 euros, no puede hacer frente a una Smart TV, como la Samsung Q900R de 75 pulgadas, cuyo precio oficial es de la mitad. Y, por esta regla de tres, una televisión de 500 – 700 euros, seguirá gestionando el color mejor que un proyector de 1.200 – 1.500 euros.
Instalación: otra de las grandes desventajas de un proyector respecto a un Smart TV es lo difícil que es instalarlos. Dejando de lado proyectores de tiro corto, que tienen unos precios mareantes, hay que colgar el proyector en la pared, o utilizar algún tipo de soporte específico para este dispositivo.
Y no hablemos del proceso de ajuste de la pantalla o tirar cables para realizar las conexiones pertinentes para sacarle el máximo partido. En cambio, un televisor inteligente estará plenamente operativo en tan solo unos minutos. El proceso es infinitamente más sencillo de realizar.
Calidad de sonido: Si bien es cierto que, contadas excepciones, la calidad de imagen que ofrece una Smart TV no es que sea precisamente la mejor del mercado, es infinitamente mejor que la de un proyector 4K. Y es que, la mayoría de estas soluciones ofrecen un sonido estéreo bastante pobre. Además, la posición en la que se ha de colocar el proyector no ayuda en ello.
Pero, ya te hemos dicho que, independientemente de la diferencia de precio, y las ventajas que ofrece una Smart TV, la sensación de inmersión de un proyector no tiene, ni tendrá, rival alguno. De esta manera, si puedes tener una sala habilitada, o por lo menos oscurecer totalmente la zona donde esté instalado tu proyector, no lo dudes más ya que será una compra más que acertada.
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