Tras varios meses de uso con la Sony A95K QD-OLED, la mejor Smart TV del año 2022, ya tenemos una opinión más formada. Recordad que llevamos acumulado casi dos meses con la unidad de 55 pulgadas cedida por Sony que analizamos en AVPasión, más otro mes con la actual de 65 que nos llegó en noviembre, por lo que ya podemos daros una opinión más profunda y con varios peros y consejos de la bestia negra de Sony. Podéis leer más sobre este producto pulsando aquí.
Sony A95K QD-OLED: segunda opinión tras 3 meses de uso con la mejor Smart TV del 2022
Lo primero que sorprende en esta A95K QD-OLED es que su pico de brillo es netamente superior, llegando como decimos a la barrera de los 1000 nits, gracias a que la emisión de luz por parte de los píxeles se hace desde delante (Top Emission), sin ninguna pérdida o merma de luz, no como un OLED convencional (que se hace desde atrás, o Bottom-Emission)
La segunda gran ventaja se basa en el color. O mejor dicho en la forma de generarlo. La nueva tecnología ahora está basada en puntos cuánticos (QD o Quantum Dots) en lugar del tradicional filtro de colores RGB. Ahora los subpíxeles no son blancos si no que…y tras casi 10 años esperando, por fin podemos ver un panel RGB real: cada píxel está exclusivamente formado por los subpíxeles azules, incidiendo esta luz en los Quantum Dots y generando el rojo y verde, formando así los tres colores primarios y aumentando la riqueza cromática.
Las OLED presentadas hasta ahora, solo podían mostrar elementos brillantes y a la vez saturados en color hasta unos 400 nits más o menos, a partir de ahí solo veíamos pura luz blanca (fruto del subpíxel blanco). Pues bien, ese problema se ha acabado en la nueva Sony A95K: hasta el píxel más brillante del panel podrá mostrarse con la saturación de color correcta, dado que no hay subpíxel blanco que «lave» el color. Una auténtica revolución en el mundo OLED.
Además de la saturación de los colores en elementos más brillantes, es el propio espectro de color del panel el que permitirá mostrar una colorimetría con los colores primarios (rojo, azul y verde, como hemos visto antes) más profundos, logrando así una cobertura del espectro cromático mucho más grande (del triángulo BT2020 que usamos siempre para los UHD). Y el impacto HDR no podría ser mejor. Es alucinante ver contenido HDR en este panel, configurado y calibrado y con material de calidad.
Sony A95K QD-OLED: procesamiento y escalado de primera categoría
Por cuarto año consecutivo, encontramos que el procesador de imagen de Sony (escalado, colorimetría, movimiento) es el mejor del mercado, con especial énfasis en que cuanto peor es la calidad de imagen del material, más diferencia a favor del XR encontramos.
El escalado del televisor es excepcionalmente bueno, con una nitidez especialmente increíble y un marcado efecto de profundidad 3D. No solo es nítido, es que este año hemos encontrado una pequeña ventaja: no es tan ruidoso como el del año anterior, es decir, la imagen es aún más limpia. Seguramente gracias a las mejoras en este campo por parte de Sony y al nuevo panel QD-OLED. A veces sorprende ver una imagen tan limpia y nítida en fuentes de tan mala calidad, como por ejemplo la TDT:
Sony A95K QD-OLED: problemas con el detalle en sombra y el metamerismo
Tras unos meses con el televisor hemos encontrado dos grandes problemas que pueden ensombrecer la experiencia de una MASTER Series. Curiosamente, el primero de ellos -el exceso de detalle en sombra- no lo encontramos en el modelo de 55 pulgadas cedido por Sony, solo en en la de 65.
En cualquier caso, el problema del detalle en sombra es bastante acusado en el formato HDR. En éste, el televisor levanta muy excesivamente la parte del detalle en sombra, por lo que la imagen pierde saturación de color y se lava en exceso en buena parte del contenido, quedando éste sin el punch único de las OLED.
Por suerte, al igual que el metamerismo, es un problema que se soluciona con una calibración profesional con sonda. En este ejemplo se ve claramente, aunque el exceso de rojo no se ve en la realidad, es fruto de la cámara al tomar la foto:
El segundo problema nace de la forma de emitir el color de este televisor: los Quantum Dots. El espectro de color del televisor utiliza una separación muy clara entre los tres colores primarios (rojo, verde y azul) con unos picos muy estrechos, algo que dificulta enormemente la lectura de éstos por espectofotómetros profesionales de más de 5nm de óptica.
Para corregir las lecturas, por tanto, es necesario usar un espectofotómetro de 5 nm o menos y generar un EDR (Emissive Display Reference) para la sonda, para que ésta entienda que está «leyendo» un panel QD-OLED con sus particularidades.
Esto último no es un problema per se, pero esa forma de generar el color hace que la sonda, incluso con un EDR, lea los datos de forma correcta pero no coincida con la visión de nuestro ojo. Es decir, podemos calibrar la pantalla al estándar D65 pero al ver contenido veremos que no se ve igual que otra tecnología calibrada a D65. Se conoce como fallo metamétrico, es decir, en función de cómo se genera el color, nuestro ojo percibe la imagen de una forma u otra.
¿Tiene solución? si, pero de nuevo pasaría por una calibración profesional con sonda, donde debemos ajustar las coordenadas correctamente para que, aunque en la sonda no coincidan con el punto D65, perceptualmente si lo haga, por lo que hay que restar o sumar hasta encontrar el punto exacto. Es lo que se conoce como un Alternative White Point. Tras probar y probar durante días, os diría que lo que más se acerca al ideal serían las coordenadas serían las de x0.3117 y0.3275, quedándose el panel ahora si de auténtica referencia.