En muchas ocasiones hemos comentado en AVPasión que la incorporación de un subwoofer a nuestro sistema de cine en casa es clave para conseguir una experiencia lo más completa posible. Aunque no lo parezca, se trata de uno de los altavoces más importantes del sistema. Y es que ningún otro altavoz nos va a permitir obtener esa «pegada» que nos ofrece el subwoofer en las frecuencias bajas.
Pero resulta que no todos los subwoofers son iguales. Más allá de las características de los diferentes modelos y de las gamas, la primera decisión que debemos tomar a la hora de adquirir un subwoofer es: ¿sellado o ventilado (con puerto bass réflex)?. Hace unos días os contamos que no es conveniente mezclar ambos tipos en una configuración de cine en casa, pero os contamos muy por encima las diferencias que existen entre los dos tipos de subwoofers. Así que hoy vamos a entrar en detalle.
¿Qué tipo es mejor, sellado o con puerto? La respuesta es «depende». Sí, es una respuesta muy ambigua, pero es que realmente depende del tipo de sonido que busques y del uso que vayas a darle a este altavoz. Vamos a analizar las ventajas y desventajas de cada tipo de subwoofer.
Subwoofer sellado: ventajas y desventajas

Siempre se ha dicho que los modelos sellados son mejores para la música. Esto se debe a que un subwoofer sellado diseñado correctamente normalmente exhibirá una menor rotación de fase, un menor retardo de grupo y una reducción de vibraciones en el dominio del tiempo. Los subwoofers con gabinete sellado suelen ser más precisos en la respuesta de frecuencia y mejores para reproducir los instrumentos de manera convincente.
Estas características hacen que el subwoofer sellado sea una opción natural para aplicaciones musicales críticas y los entusiastas suelen describirlo como un sonido más compacto y articulado o musical, con una menor percepción de saliente.
El diseño sellado hace que tengan una pendiente de atenuación más superficial que un modelo con puerto. Algunos fabricantes, como SVS, emplean una ecualización DSP sofisticada para adaptar la forma general de la respuesta de frecuencia y la pendiente de atenuación, con el fin de aprovechar al máximo la «ganancia de sala» disponible, tan común en salas pequeñas y medianas.

El resultado final es una extensión en la sala mucho más profunda de lo que sugeriría la respuesta de frecuencia baja con clasificación cuasi-anecoica. Con cada octava más profunda, la excursión del cono se cuadruplica en un subwoofer sellado para mantener el mismo nivel de presión sonora que un modelo con puerto. Además, la ecualización necesaria para adaptar y optimizar la respuesta de frecuencia cuasi-anecoica consume energía del amplificador.
Todo ello se traduce en que un subwoofer sellado normalmente tendrá límites de salida dinámica considerablemente más bajos que un subwoofer con puerto de la misma familia/rango de precio.
Sin embargo, tienen una ventaja que no se ha comentado: su tamaño. Al tener un gabinete sellado, son bastante más compactos que sus hermanos ventilados, lo cual los hace ideales para colocarlos en salas de menor tamaño. Además, al no necesitar «expulsar» el aire, también son «menos delicados» a la hora de colocarlos en la sala.
Subwoofer ventilado: ventajas y desventajas

En un diseño de subwoofer con puerto, se requiere un tamaño de caja relativamente grande para lograr una frecuencia de sintonización profunda del sistema y un área de puerto suficiente para minimizar los artefactos de ruido de puerto a niveles altos de saturación. Una caja más grande también mejora en gran medida la eficiencia del sistema en las octavas más bajas, sin necesidad de un refuerzo de ecualización adicional para lograr una extensión de graves naturalmente profunda.
El resultado es una salida dinámica máxima de 2 a 4 veces mayor en la octava de 18 a 36 Hz en comparación con un subwoofer sellado de la misma familia y rango de precio. Esto hace que los subwoofers con puertos de gran tamaño sean una opción natural para los cines en casa con salas más grandes (donde hay menos ganancia de sala) y niveles de reproducción de nivel de referencia, particularmente en películas con un canal LFE exigente.
En pocas palabras, si estás buscando la experiencia cinematográfica más impactante, contundente y estremecedora posible, un subwoofer ventilado brindará una mayor salida dinámica en las frecuencias más bajas en comparación con los modelos sellados de igual gama. Por eso siempre se ha dicho que los modelos ventilados son perfectos para el cine.

¿Y qué pasa con la música? Si un subwoofer ventilado es de buena calidad y está bien ajustado, debería ser capaz de mantener una respuesta de frecuencia precisa y una velocidad nítida en los transitorios para que no experimentemos esa sensación de «retumbe» que podemos apreciar en los modelos ventilados de baja calidad. Aún así, en cuanto a musicalidad, precisión y velocidad transitoria, los subwoofers sellados tienen la ventaja; aunque para ciertos tipos de música y preferencias de escucha, los portados funcionan mejor.
Más allá de la reproducción de música, la gran desventaja de los subwoofers ventilados es, como hemos avanzado, su tamaño. Algunos pueden ser realmente grandes, algo que no es compatible con muchos de los salones y salas actuales. Sin embargo, para lograr el máximo impacto dinámico y una extensión de graves profunda, los subwoofers con puerto tienen ventaja sobre los sellados. Lo cual no quiere decir que un subwoofer sellado no lo pueda hacer realmente bien en cine.
Por último, si tenemos la suerte de poder escuchar las películas a niveles de referencia y más allá, un subwoofer con puerto está más preparado para manejar las demandas de energía necesarias.
Así que ya sabéis, elegir un modelo sellado o ventilado dependerá del uso que vayáis a darle, del tamaño de la sala y del tipo de graves que estéis buscando.
Vía | SVS