En el mundo del audio HiFi hemos visto cosas muy locas. Altavoces de edición especial diseñados con materiales prácticamente de otros mundos que cuestan una fortuna tan grande que muy pocas personas se pueden permitir. Pero el sistema Super Dragon de ESD Acoustics puede que se lleve la palma. El fabricante lo promociona como el altavoz más grande que se ha fabricado. Utiliza tecnologías muy avanzadas, como diafragmas de berilio con lámina Truextent y diafragmas sándwich de titanio patentados, todos ellos destinados a garantizar una calidad de sonido incomparable en cada unidad.
El Super Dragon es un sistema de sonido formado por varios componentes separados, todos ellos diseñados para conseguir la excelencia. La idea del fabricante es que tengamos en casa nuestra propia sala de conciertos. Y ya puede ser una buena casa, porque el tamaño del sistema es igual de alucinante que su diseño y su precio. Es verdad, no lo hemos comentado todavía. El sistema Super Dragon de ESD Acoustics tiene un precio de 4 millones de dólares. Mira que hemos visto altavoces caros, como los Suprema de Sonus Faber, pero este sistema rompe récords.
Super Dragon de ESD Acoustics: un sistema de sonido alucinante tanto a nivel de diseño como a nivel técnico
Vamos a ir viendo los componentes que forman el sistema Super Dragon de ESD Acoustics. Lo primero que debe saber cualquier posible comprador de este sistema es que va a necesitar mucho espacio y un suelo resistente para poder simplemente colocarlo. Solo la parte central del sistema tiene unas medidas de 173 cm de ancho, 74 cm de profundidad y 140 cm de altura. Pero es que pesa, ojo al dato, 1.190 kg.
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A esto debemos sumar el subwoofer, que tiene un tamaño de 133.5 cm de ancho, 168.5 cm de profundidad y nada menos que 254 cm de altura, con un peso de 442 kg. Y no hemos acabado, porque falta el subgrave, con un tamaño de 60 cm de ancho, 70 cm de profundidad y 153.5 cm de altura, con un peso de 990 kg. Esto hace un total de más de 2.600 kg de peso. ¡Alucinante!
Pero bueno, más allá de por su tamaño, el Super Dragon destaca por su tecnología. El sistema ofrece seis configuraciones diferentes con diez unidades, todas ellas con bobinas de campo con grandes bocinas de fibra de carbono. También está equipado con diafragmas de berilio laminado Truextent que, según el fabricante, brindan una mayor resolución y una menor distorsión y se utilizan en las unidades de rango medio, tweeter y super tweeter.
Por otro lado, los diafragmas sándwich de titanio patentados, conocidos por ser ligeros pero resistentes y eliminar la segmentación y la distorsión de fase, se aplican en las unidades de graves, subgraves y subwoofer. Al utilizar la tecnología de retroalimentación negativa de IA, las fuentes de alimentación de bobina de campo cancelan de manera efectiva la supresión dinámica causada por corrientes de Foucault, lo que resuelve un rompecabezas de un siglo de antigüedad.
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Todos los controladores de compresión de bobina de campo tienen una densidad magnética de 2,4 T, lo que permite que un flujo magnético potente impulse las unidades de altavoces sin esfuerzo. Según el fabricante, el Super Dragon incorpora una bocina gigante de fibra de carbono para subgraves que ofrece graves potentes e incoloros, lo que desafía la noción de que los altavoces inevitablemente tienen una alta distorsión de baja frecuencia.
Por otro lado, el crossover activo analógico de cinco vías más una, con la carcasa del subwoofer que alberga un crossover activo integrado, garantiza que los amplificadores impulsen las unidades de altavoces de uno a uno directamente, lo que proporciona transiciones más suaves y un sonido más natural y relajante. Desde ESD Acoustics aseguran que su sistema es capaz de hacerte «tocar la música» en lugar de escucharla y que, después de escuchar a Super Dragon, es posible que tengas una nueva comprensión de la música.
Por desgracia muy pocos podrán hacerlo ya que, como decíamos, el sistema Super Dragon de ESD Acoustics cuesta la friolera de 4 millones dólares. Si tenéis curiosidad, sobre estas líneas os dejamos un vídeo grabado el año pasado en el High End de Munich en el que se puede ver el sistema funcionando.