Muchas veces hemos hablado sobre las diferencias técnicas entre las diferentes tecnologías de televisores OLED, que como bien sabréis básicamente se resumen en el famoso subpíxel blanco que usan los paneles fabricados por LG, cogiendo así el nombre de WOLED o WRGB, siendo la W por el uso de dicho subpíxel blanco. Hasta ahora no habíamos profundizado más en detalles técnicos, algo que si vamos a hacer en este artículo.
El uso de este cuarto subpíxel se remonta al 2007, cuando LG compró la patente a Kodak por un motivo muy concreto: aumentar la vida útil del panel. Por aquel entonces Samsung había sacado su primer prototipo OLED con el mismo problema que tenía Kodak: la vida útil del subpíxel azul (ya que eran paneles RGB puros, es decir, con un diodo rojo, verde y azul en cada píxel) era de solo 8000 horas, por lo que la vida útil del producto era demasiado corta. Kodak se las ingenió para que la luz fuera emitida por un cuarto subpíxel: el blanco.
Cómo funciona el subpíxel blanco en las LG OLED: mucho más que brillo
Bueno, como os decíamos el subpíxel blanco no solo se encarga de emitir brillo, si no que éstos tienen más funciones de lo más interesantes que hasta ahora no habíamos explicado de forma detallada. Por ejemplo, sabemos que en un panel WRGB los subpíxeles están estructurados de manera lineal, es decir, cada fila tiene todos los colores (RGBW) como vemos en la fotografía superior. Esto ayuda a que las líneas y los textos se vean más nítidos, algo que hemos visto que es totalmente cierto y como es un punto débil de otras tecnologías competidoras.
Por otro lado, otra ventaja curiosa es la de que contamos con más puntos de luz que en un panel tradicional compuesto por rojo, verde y azul. En éstos, si contamos que un panel 4K (3840 x 2160 píxeles) tiene unos 8300000 píxeles que si multilicamos por esos 3 colores, nos da unos 25 millones de emisores de luz. En el caso de los paneles WRGB al contar con un cuarto subpíxeles nos da un total de 33 millones de emisores de luz, por lo que de forma nativa este tipo de paneles son más brillantes de por si.
Otra de las curiosidades es que en los paneles WRGB fabricados por LG Display disponemos de varias capas de diferentes materiales (3 o 4, dependiendo del modelo, por ejemplo en la última generación de 2025 cuentan con 4). Estas capas se colocan una sobre otra, como si fueran un «sándwich«. Al encenderse un píxel, todas las capas se activan para emitir luz blanca, que pasa por un filtro RGB en cada subpíxel (excepto en el blanco, que pasa directamente) para formar el color. De esta manera consiguen generar el color y a la vez emitir más brillo a la vez que las capas de desgastan por igual.
Eso si, fruto de este filtro y del subpíxel, la cobertura de color y el volumen de color (cobertura de color a más alto brillo) es menor que el de la competencia, llegando actualmente a un 99% del espacio DCI-P3 y un 76% del BT2020, aunque en la última generación está cambiando y llegando a cotas del 83%, algo que no sabemos -técnicamente- aún como lo ha logrado hacer el fabricante coreano.
La clave está en la eficiencia energética: los paneles WRGB consumen menos energía que la competencia
Como os decíamos antes, uno de los factores clave del éxito de los paneles WRGB a la hora no solo de ser usado en televisores de LG Electronics, si no también de otras marcas como Sony, Philips o Panasonic es el hecho de que consumen bastante menos energía que los paneles QD-OLED por su forma interna de consumo.
Como hemos mencionado antes, los paneles OLED fabricados por LG son paneles RGBW que tienen 4 subpíxeles (Rojo, Verde, Azul y Blanco), lo que les permite ser más eficientes por cómo cada uno ya contiene componentes de los colores primarios. Por ejemplo, en una imagen con un color que necesita 100% de rojo, 75% de verde y 50% de azul, en un panel WRGB al usar el subpíxel blanco, puede repartir la carga; donde el subpíxel blanco aporta el 50% de cada color (rojo, verde, azul), lo que permite que los otros subpíxeles consuman menos energía. Esto reduce el consumo total.
Y efectivamente, por ejemplo si acudimos a la famosa web de RTINGS donde podemos comparar una LG OLED G4 y una Samsung S95D, podremos ver como la primera llega a consumir 233 vatios en HDR, mientras que la Samsung en idénticas condiciones llega hasta los 341, lo que supone casi un 47% más respecto al panel WRGB de LG.
Como veis, el subpíxel blanco tiene varias desventajas pero también múltiples ventajas y éstas no las habíamos visto nunca, de forma técnica, hasta ahora. Además, los puntos débiles como por ejemplo la menor cobertura cromática del espacio BT2020, entre otras, se están corrigiendo con las nuevas gamas de 2025. Veremos hasta donde puede llegar LG con esta tecnología.