Si tienes un televisor OLED para jugar seguramente ya hayas hecho los deberes y sepas por qué es y probablemente siempre sea superior a otras opciones como las Mini LED para videojuegos. Y no, no nos referimos a que no tengas cuidado si vas a estar cientos de horas jugando con el tema de los quemados y retenciones, si no que este artículo pretende ser un artículo técnico.
Simple y llanamente queríamos explicaros en una noticia, los motivos tecnológicos de por qué es superior una estructura de píxeles autoluminiscentes como es la tecnología OLED a una con un emisor de luz trasero, como por ejemplo los televisores Mini LED. Además, con las nuevas generaciones de OLEDs que están por llegar, una de las ventajas que tenían los LED (incluidas las Mini LED) se ha esfumado (o casi del todo): el brillo.
Motivos que hacen superior a los televisores OLED para gaming que los MiniLED
Bien, vamos a empezar con lo más básico de todo y es la diferenciación entre ambas tecnologías. Mientras que los televisores OLED apuestan por una matriz orgánica y autónoma (es decir, cada píxel de los más de ocho millones que tiene, es capaz de encenderse y apagarse individualmente), los televisores LED y particularmente los Mini LED, necesitan de un emisor o foco de luz trasera para funcionar y, normalmente, se dividen en cientos de zonas que pueden apagarse y encenderse a voluntad, pero no a nivel de píxel.
Con estas diferencias, los televisores OLED tienen una ventaja enorme a nivel de contraste, ya que éste es prácticamente infinito, generando una tridimensionalidad única. ¿Su punto más débil? hasta ahora era el brillo, pero ya hemos visto que las nuevas generaciones van a llegar a ofrecer picos de 3700 nits, algo que ya iguala a las mejores Smart TV Mini LED. Muchos fabricantes, como Sony, ya muestran todo el potencial de su consola con televisores OLED como abanderados de la marca, evidenciando esta mejora sobre las demás tecnologías.
La primera ventaja de los televisores OLED es que no tienen zonas. Cada píxel es una zona, por lo que su nivel de precisión y contraste es brutal. Por contra, los mejores Mini LED actuales llegan a cifras de miles de zonas que encienden y apagan conjuntos de miles de píxeles, por lo que aunque consiguen un contraste realmente bueno, nunca llegará a ofrecer el mismo nivel de precisión que un televisor OLED, provocando además problemas como el efecto blooming.
La segunda ventaja del OLED la vamos a encontrar derivado del punto anterior. Y es que ésta no necesita de encender y apagar miles de zonas en tiempo real, algo que añade retraso a la señal y que es lo último que queremos tener en videojuegos; por lo tanto el input lag (la latencia que hay o retraso que existe entre la acción del jugador y el tiempo que tarda en verse en el televisor) es sensiblemente menor en un televisor OLED que en cualquier Mini LED del mercado.
Y cuantas más zonas tiene un televisor Mini LED, más retraso suele tener, por lo que muchos fabricantes optan por reducir el número de zonas operativas en el Modo Juego. Y ahí tenemos la tercera ventaja de los televisores OLED: la calidad de imagen es prácticamente igual en el modo juego que en los modos cinéfilos, mientras que en los televisores Mini LED, el modo juego suele verse notablemente peor, ya que tiene menos zonas operando para conseguir un input lag más bajo.
Por último y no menos importante, es cierto que si pasamos muchas horas jugando podríamos tener problemas con las retenciones y quemados en un televisor OLED, algo que no va a ocurrirnos (seguramente) con un televisor Mini LED, por lo que éste sería un minipunto para esta tecnología. Pero como os comentábamos al inicio del artículo, no es una ventaja tecnológica de imagen, si no que es un defecto por un uso abusivo de la misma.
Para finalizar, en el tema de precios ambas tecnologías andan muy parejas, aunque es cierto que últimamente la mayoría de fabricantes están apostando cada vez más por la tecnología OLED y QD-OLED en sus monitores de última generación y prácticamente no encontramos modelos MiniLED en este campo.