De nuevo una noticia sobre las QD-OLED y su competencia, las WOLED. Hoy hablaremos de consumo de energía y es que parece ser -aunque es algo que sospechábamos en el test de retenciones y quemados– que la tecnología QD-OLED pese a tener muchas mejoras, tiene un punto en contra evidente: su consumo energético es superior al de la competencia.
Aunque tras la llega de los modelos de 2023 presentados en el CES, su único fabricante (Samsung Displays) anunció una mejora doble en este sentido: subía un 30% el brillo máximo del panel en áreas pequeñas, un 10% a pantalla completa a la vez que contenía el consumo. O lo que es lo mismo: a igualdad de brillo, el nuevo panel consumía menos energía. Y esto es debido a que esta tecnología es más tragona que su competencia, las WOLED de LG.
¿Por qué los televisores QD-OLED consumen más energía que las OLED tradiconales?
Como os comentábamos antes, es fácil de comprender por qué consume más energía si entendemos la diferencia fundamental con las LG OLED (WOLED) como por ejemplo, la LG G3. Como hemos explicado varias veces, los paneles QD-OLED no utilizan subpíxel blanco alguno, si no que su emisión de luz choca con los Quantum Dots para generar el color rojo, verde y azul. Por contra, las WOLED de LG emiten únicamente luz blanca, que pasa por un filtro rojo, verde y azul para generar el color.
Por lo tanto la diferencia radica, esencialmente, en que la tecnología QD-OLED de Samsung Displays es RGB pura y la WOLED de LG es WRGB (es decir, el blanco también se une al rojo, verde y azul). Como hemos comentado a lo largo del último año, esto tiene varias desventajas en el caso de LG, pues cuanto más brille un elemento más se usará el subpíxel blanco y, por tanto, más lavará el color (porque menos azul, rojo y verde filtrados habrá) en HDR, algo que no ocurre con las QD-OLED.
Cuando un inconveniente se convierte en una ventaja: la paradoja del subpíxel blanco
Una vez entendidas las diferencias básicas entre ambas tecnologías, queda por saber en qué atañe eso al consumo. Pues bien, al igual que explicamos en la noticia de quemados y retenciones, para crear el color blanco la tecnología QD-OLED utiliza la proporción exacta de verde, rojo y azul para ello. Por contra, la tecnología OLED de LG simplemente tiene que usar el subpíxel blanco, sin utilizar nada más de los otros tres colores. Con ello consigue dos cosas: mejorar el consumo y, a priori, hacerla más resistente ante quemados.
Como podéis ver en este análisis de tweakers de la Samsung S95C, el consumo de este modelo es superior al de su competidor más cercano: la LG OLED G3. Para ser lo más objetivos posibles, vamos a optar por tomar los datos obtenidos usando el estándar: modo FILMMAKER, señal de imagen en SDR y un brillo máximo de 120 nits (que es lo que recomienda la industria del cine). Los datos serían los siguientes:
- LG OLED G3 65 pulgadas: 90W de consumo.
- Samsung S95C QD-OLED de 55 pulgadas: 104W de consumo.
La diferencia aproximada es de un 15% de consumo extra, debido a que el modelo de Samsung tiene que poner a tope a sus subpíxeles rojo, verde y azul. Lo curioso es que esta medición se acentúa más en HDR, aunque no tenemos datos. El otro dato curioso es ver como el panel QD-OLED de generación anterior (usado en la Samsung S95B, así como en la S90C/S92C de 55 y 65 pulgadas) es mucho menos eficiente y consume todavía más comparado con la OLED G3 -la que más consume de todas las OLED de LG-:
- LG OLED G3 65 pulgadas: 90W de consumo.
- Samsung S95C QD-OLED de 55 pulgadas: 133W de consumo.
Eso supone casi un 30% más de consumo que la LG G3, que además está medida en 65 pulgadas (que consume notablemente más que la versión de 55″) y en modo SDR, por lo que estas diferencias en modo HDR y comparando las mismas pulgadas, podría suponer casi un 40% de consumo extra por parte de la Samsung S90C y entorno a un 15-20% más en el caso de la más moderna Samsung S95C.