El séptimo y penúltimo episodio de la primera temporada de la nueva serie de la enorme franquicia Star Wars, ‘The Acolyte’, es un paso atrás en más de un sentido.
Retorno al Pasado: Perspectivas de los Protagonistas
El episodio, dirigido por el cineasta surcoreano Kogonada, nos lleva de vuelta al pasado de nuestros protagonistas con el fin de aportar las piezas que faltan en el gran puzle de la serie. ‘Elección’, el capítulo de esta semana, nos muestra de nuevo los hechos que ya vimos en el tercer episodio de la temporada —los de la noche en la que Mae y Osha perdieron a su familia entera y se separaron—, esta vez desde la perspectiva de los Jedi (Sol, Indara, Kelnacca y Torbin), y en ocasiones la de Mae. Pero, tras 6 episodios de anticipación, las explicaciones que nos ofrece el episodio saben a poco. El episodio se acaba y nos quedamos con la extraña sensación de que lo que acabamos de ver no es tan importante después de todo, y de que la serie, que empezó con mucho potencial, ha comenzado a perder el norte.
Empezamos el capítulo viendo el motivo original de la visita de los Jedi al planeta Brendok, en el que se esconden Mae y Osha con su aquelarre. Resulta que Brendok, a causa de un accidente hiperespacial, quedó completamente devastado y despoblado. Sin embargo, el Brendok que vemos en la serie es un planeta lleno de vida, con una vegetación impresionante, y que, como sabemos, alberga un gran aquelarre. Los Jedi investigan la posibilidad de lo que denominan una vergencia; se trata de una concentración de la Fuerza que puede estar centrada en una persona. Los más fans de Star Wars reconocerán el término de una de las precuelas de la trilogía original, ‘La amenaza fantasma’, en la que se utiliza para describir el nacimiento del mismísimo Anakin Skywalker— mejor conocido como Darth Vader. La existencia de una concentración tan grande de la Fuerza tendría el poder de regenerar el ecosistema de un planeta, y por ello los Jedi investigan Brendok.
La Confusión de los Sucesos: La Noche del Incendio
Como ya vimos en el tercer episodio, Sol descubre a Mae y Osha y alerta a sus compañeros, lo cual desemboca en un conflicto entre las brujas del aquelarre y los Jedi, causando la muerte de todas ellas y la separación de las gemelas. Aunque en este episodio recibimos al fin las explicaciones que la serie había esquivado hasta el momento, estas son confusas e insatisfactorias.
Durante los seis episodios anteriores hemos visto a Mae llevar a cabo su vendetta violenta contra los Jedi. Todo lo que sabe Osha de aquella fatídica noche es que su hermana, intentando evitar que abandonara el aquelarre, la encerró en su cuarto y prendió fuego a su casa. Sin embargo, cada una de las acciones de Mae nos daba a entender que hubo algún tipo de malentendido, algo que no sabemos y que supone que Mae queda exenta de culpa, que los verdaderos culpables de lo sucedido son los Jedi. Pero el episodio solo confirma esto a medias y de forma estúpida: efectivamente, Mae prende fuego a todo, pero lo hace sin querer. El hecho de que toda la narrativa de la serie esté construida entorno al error de una niña enrabietada es, cuanto menos, decepcionante.
También descubrimos en el episodio un dato importante sobre las protagonistas; y es que Mae y Osha no son simplemente gemelas. Ya habíamos recibido pistas de que la concepción de las hermanas no fue natural, pero este episodio confirma que son el mismo ser dividido en dos partes exactamente iguales. Es su propia existencia la que causa la vergencia en Brendok y llama la atención de los Jedi en primer lugar.
Las Decisiones de los Jedi: Entre Luces y Sombras
Aunque es cierto que Mae fue la culpable del incendio, el episodio nos permite conocer un poco mejor el contexto de los sucesos. Muy en la línea de la tesis de la serie, que presenta a los Jedi como una Orden de luces y sombras que presume de una moral absoluta, el episodio nos muestra cómo las decisiones que toman algunos de ellos no son tan desinteresadas como parece. Es Torbin, el padawan de Indara, el que da comienzo al conflicto entre brujas y Jedi. La misión en Brendok le parece aburrida, irrelevante. Cuando descubre que Mae y Osha son el motivo de la vergencia, toma la decisión precipitada de invadir el aquelarre, dando así comienzo al conflicto.
Por su parte, Sol es el que asesina con sus propias manos a Aniseya, la madre de Mae y Osha, demostrando que no es el Jedi perfecto que aparenta ser. Pero, al igual que la revelación del incendio de Mae, el momento de la muerte de Aniseya sucede de forma confusa. Mae aparece pidiendo ayuda para frenar el incendio y, por alguna razón inexplicable, Aniseya utiliza su magia —sus ojos se ponen completamente negros y su cuerpo comienza a disolverse en una nube de humo—, y Sol la intercepta con su espada láser, asesinándola. Con su último suspiro, Aniseya le dice a Sol que iba a dejar a Osha cumplir su deseo marcharse con los Jedi y Sol se da cuenta de su error. Nunca llegamos a entender para qué iba a utilizar su magia si ya había tomado la decisión de ceder.
Más adelante, cuando todo se está destruyendo, vemos de nuevo la escena del episodio 3 en la que Mae y Osha se encuentran enfrentadas en un puente a punto de derrumbarse. Ahora vemos que es Sol el que, desde un lado, intenta mantener el puente en pie utilizando la Fuerza. Cuando ve que no puede aguantar más, toma la decisión de dejar caer a Mae para salvar a Osha, con quien está seguro de sentir una conexión.
Una de las pocas escenas interesantes del episodio sucede en uno de los encontronazos entre las brujas y los Jedi, en el que Aniseya subyuga mentalmente al padawan Torbin a través de sus poderes. En el episodio 3 vimos el punto de vista externo, con Torbin cayendo de rodillas y sus ojos poniéndose rojos. Aquí vemos cómo sucede desde dentro; el mundo desaparece alrededor de Torbin, y Aniseya utiliza su ansia por irse a casa en su contra para controlarle. Más adelante, todas las brujas del aquelarre usan un poder similar para apoderarse de Kelnacca y hacer que ataque a sus propios compañeros. Indara utiliza la Fuerza para liberar a Kelnacca del control mental, y al romper la conexión todas las brujas caen muertas de manera anticlimática. Lo poco que hemos podido observar de los poderes del aquelarre y su forma alternativa de entender la Fuerza es interesante; es una pena que probablemente no volvamos a ver nada más de ellas.
Desde luego, el episodio hace honor a su título, permitiéndonos ver a cada uno de los personajes tomando decisiones cruciales; de alguna manera, cometiendo los pecados originales que llevarán a sus muertes en el futuro. Incluso Indara, que actúa con más templanza que los demás, es la que finalmente decide ocultar la verdad de lo sucedido al Consejo Jedi. Es interesante ver cómo una serie de errores de juicio desembocan en una tragedia, y especialmente ver cómo Sol se convence a sí mismo de que su papel es el del héroe que salva a las niñas en peligro para esconder su egoísmo (lo que realmente quiere es tener una padawan propia).
Expectativas para el Final de Temporada
El corazón de la serie, al fin y al cabo, es el peligro del fanatismo. Para reclutar a Osha para la causa Jedi, Sol le cuenta una verdad a medias que despoja a los hechos de todos sus matices y entresijos. El episodio, sin embargo, no consigue encontrar el equilibrio entre mantener esta tesis y cubrir los agujeros que quedaban en su narrativa. A falta de un solo episodio en esta temporada en el que probablemente volveremos al presente narrativo, es difícil concebir un final satisfactorio. ¿Cómo entra Qimir, con su lucha personal, en esta ecuación? ‘The Acolyte’ tiene varios frentes abiertos todavía, y se acaba el tiempo para cerrarlos. La showrunner Leslye Headland ha declarado su intención de hacer más temporadas de la serie, pero solo nos queda esperar que el episodio de la semana que viene acabe con algún tipo de resolución para los arcos narrativos planteados.