El nuevo episodio de ‘The Acolyte’, ya el sexto de la temporada, vuelve a separar a sus gemelas protagonistas y, consecuentemente, su narrativa. El lado oscuro y el luminoso vuelven a contraponerse (esta vez con las espadas láser enfundadas) en ‘Enseñar/Corromper’, un episodio que aporta toda la calma que carecía el de la semana pasada y que reafirma a la serie como uno de los mejores proyectos de la saga Star Wars en los últimos años.
¡A partir de aquí OJO Spoilers del nuevo capítulo de The Acolyte!
Los caminos de Mae y Osha se bifurcan de nuevo, pero esta vez sus papeles se invierten. Mientras que Osha queda en manos de Qimir —quien, desde el episodio anterior, sabemos que es el villano Sith que estaba entrenando a Mae— su gemela se hace pasar por ella y pone rumbo a Coruscant con Sol, el único superviviente de la batalla contra Qimir. Osha se despierta en un planeta desconocido, con sus heridas cubiertas por vendas y una olla de comida esperándola. Tras ver la brutalidad de Qimir en el episodio anterior, su hospitalidad es sorprendente cuanto menos; no parece tener ningún interés en aprisionar a Osha, por lo menos físicamente.
Como indica el título del episodio, su objetivo es tener un aprendiz al que adoctrinar en sus propias creencias sobre la Fuerza, que difieren de las de los Jedi. Después de la traición de Mae, ha decidido que Osha sea su nueva acólita. En la misma línea temática que el resto de la temporada hasta el momento, el episodio nos permite ver a las dos hermanas enfrentadas a sus enemigos, con los que están en desacuerdo, y plantearnos realmente qué bando es el que está corrompiendo, y qué bando es el que está enseñando.
Qimir le explica a Osha que, a diferencia de lo que los Jedi enseña, el poder de la fuerza que hay en uno mismo no desaparece con el tiempo. El poder de Osha, asegura, es grande todavía ahora. Qimir, con una calma poco propia de un villano, invita a Osha no solo a entender su forma de ver la Fuerza, sino también a revisar su propio pasado en relación a los Jedi. El enfrentamiento climático en el que Osha (por fin) empuña una espada láser lleva a una emotiva revelación por su parte. Hasta el momento, aunque no sabíamos sus motivos, siempre había mantenido que ella abandonó la Orden Jedi. Delante de Qimir, confiesa que fue descartada porque fracasó.
Aunque no sabemos exactamente a qué se refiere, podemos asumir por lo que sabemos de Osha y de los Jedi que ese “fracaso” fue su incapacidad de controlar sus emociones. Cualquier exceso de sentimiento, ya sea tristeza, ira o envidia… es visto por los Jedi como un indicio de oscuridad. Son gente fría, con una aversión al sentimentalismo por miedo a lo que les pueda deparar, que viven reprimiendo sus emociones constantemente. Para Qimir, son esas emociones las que construyen a una persona, y las que hacen que Osha sea poderosa.
A todo el misterio que rodea el pasado de los personajes de ‘The Acolyte’ se le suma ahora uno nuevo. Qimir, de quien sabemos muy poco, menciona que fue entrenado hace mucho, mucho tiempo (¿podría ser más mayor de lo que aparenta?), por los Jedi, pero que a él también lo desecharon. Su espalda está atravesada por una enorme cicatriz que, según deja intuir, le provocó su maestro Jedi.
En otro lugar de la galaxia, Mae y Sol se encuentran solos en la misma nave espacial de camino a Coruscant. En principio, Sol no parece desconfiar de la identidad de su acompañante. Sin embargo, Mae es incapaz de contener sus pensamientos, y hace pequeños comentarios que denotan su rabia hacia los Jedi. Finalmente, Sol se da cuenta de que no es Osha, y la ataca con un bláster que la deja inconsciente. Cuando se despierta, está inmovilizada en una camilla (el contraste con la libertad que Qimir le da a Osha es llamativo).
Sol, atormentado por sus acciones (no solo en el pasado, sino en la batalla del episodio anterior), declara que se entregará ante el Alto Consejo Jedi. El episodio se acaba antes de que Mae y Sol puedan tener la conversación que tanto ellos como la audiencia llevan tanto tiempo esperando, pero está claro que Sol tiene cosas que explicar, y quizás crímenes que confesar.
La tercera y última trama que ocupa la duración de este episodio es más secundaria, aunque desde luego relevante. Un grupo de Jedi liderados por la Maestra Vernestra reciben la señal de socorro de Sol y se dirigen a Khofar, donde se libró la batalla contra Qimir. Allí encuentran los cadáveres de todo el equipo de Jedi (entre ellos Jecki y Yord), y perciben la presencia oscura de Qimir, una poderosa amenaza que desconocían. Aunque todavía no saben con seguridad quién es el responsable, sospechan de que el propio Sol se haya convertido al lado oscuro y haya matado a todos.
‘The Acolyte’ está completamente empeñada en insinuar un pasado interesante para todos sus personajes sin soltar prenda de los detalles de cada uno. A punto de entrar en la recta final de la serie, los misterios se acumulan y las respuestas escasean, y solo podemos esperar que, en los dos últimos episodios, lleguen todas las revelaciones y sean suficientemente satisfactorias para dejarnos con buen sabor de boca mientras esperamos la próxima temporada.
El episodio acaba con una escena trepidante en la que Mae se pone el casco de Qimir. ¿Podría acabar siendo ella la que se convierte en su acólita? Por el momento, el episodio de la semana que viene promete— está dirigido, al igual que el tercero, por el cineasta Kogonada, y parece que estamos cerca de empezar a recibir las respuestas que tanto buscamos. La serie ‘The Acolyte’ está disponible en Disney+.