Los televisores inteligentes tienen más opciones cada vez, lo que está llevando a que los dispositivos externos para transmitir contenidos, ya sea un Apple TV, un Chromecast o cualquier otro, puedan llegar a pasar a un segundo plano. Sin embargo, un estudio realizado por Hub Entertainment Research, demuestra que esto no es del todo cierto. Este análisis, llevado a cabo durante agosto de este año y al que se entrevistaron a 2500 personas de entre 16 y 74 años, ha determinado un hecho revelador. Más de la mitad de los usuarios se sigue decantando por los dispositivos externos antes que por las propias aplicaciones incorporadas de las Smart TV.
La realidad se impone a las apps
Estos dispositivos no están tan muertos como se viene refiriendo muy a menudo, ya que los usuarios los utilizan para bastantes más cosas que para reproducir un contenido de vídeo. También son empleados para escuchar música o practicar juegos en la nube. Además, si bien los televisores inteligentes han ido progresivamente disminuyendo su precio, todavía existen muchos receptores que no cuentan con este sistema, y los dispositivos de reproducción de contenidos abren un campo enorme de posibilidades.
Para un usuario estándar, podría decirse que no encuentra diferencia entre el uso de estos dispositivos y las propias aplicaciones incorporadas en la televisión, aunque tal y como veremos más adelante, esto no es del todo cierto. También debe ser tenido en cuenta el bajo precio que están alcanzando los dispositivos de reproducción de contenidos, ya que la enorme variedad existente posibilita un abanico inmenso de posibilidades. No es necesario irse a la última opción del Apple TV 4K. Por ejemplo, en Amazon puedes encontrar dispositivos que te proporcionen todo aquello que andas buscando.
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¿Apps o dispositivos de reproducción de contenidos?
Aunque el estudio lo haya dejado claro, conviene tener presente que el uso de apps es bastante más recomendable y proporciona una mejor experiencia que un dispositivo externo. La primera razón de peso es que estos últimos incapaces de cambiar automáticamente los Hz del panel a los cuadros por segundo del contenido. No hay que ser demasiado inteligente para advertir que se produce una asincronía, el molesto efecto judder. Sí, son esos tirones que nos proporcionan la mejor experiencia cuando queremos ver un contenido. Es un problema que se puede manifestar en este tipo de dispositivos, nunca en las aplicaciones.
Por otro lado, son muchos los dispositivos de reproducción de contenidos que no son capaces de enviar correctamente los metadatos HDR MaxCLL y MaxFALL. Sin ellos, nuestro televisor no puede ejecutar el tonemapping , o, al menos, hacerlo bien. Una verdadera lástima, ya que la falta de estos metadatos lleva a que solo dispongan de los nits usados de forma genérica en masterización.
El uso de las aplicaciones de la Smart TV también toma ventaja, por el hecho de que solemos encontrarlas prácticamente todas, cosa que no ocurre en algunos reproductores. En algunos casos, cuando están, nos podemos encontrar con la sorpresa de que carecen de HDR en YouTube, o que el contenido HLG/HDR10+/Dolby Vision directamente no funcione.
En algunos casos, también es posible encontrar dificultades con el sonido. Por ejemplo, muchos dispositivos son incapaces de trabajar con las pistas Dolby Atmos en apps de streaming, por lo que la experiencia de audio no se está aprovechando al máximo.
En todo caso, los dispositivos de reproducción de contenidos siguen teniendo ese peso específico tan importante, aunque como hemos visto, el uso de las aplicaciones irá ganando terreno poco a poco. Es una tendencia que no tiene vuelta atrás y cuyo efecto veremos más adelante, aunque los dispositivos externos todavía siguen ganando la batalla.