Se cumplen los peores presagios: la UE prohibirá las Smart TV con exceso de consumo en HDR en 3 meses. Hace unos meses la Unión Europea, siguiendo su estrictica hoja de reducción de consumo en todos los países -acentuada por la guerra de Rusia y Ucrania- estableció que para diciembre de 2022 todos los televisores deberían cumplir un estrictísimo baremo de consumo energético. Y nos acercamos a dicha fecha.
Dada la cantidad de energía que se usa hoy en día en los modos HDR y Dolby Vision y con tecnologías que cada vez mejoran más la calidad de imagen (tecnología como las LED FALD o las nuevas OLED/QD-OLED, enfrascadas en una guerra de nits y brillo) aunque sea a costa de aumentar un poco el consumo energético, tiene toda la pinta de que esta nueva normativa va a golpear seriamente al corazón de la calidad de imagen de los nuevos televisores.
La UE prohibirá las Smart TV con exceso de consumo en HDR en 3 meses con especial atención a las 8K
Pese a que son muchos los fabricantes que están encontrando fórmulas para mantener el mismo brillo (o incrementarlo) sin aumentar también el consumo, lo cierto es que en el mercado europeo si la Unión no concede una prórroga de las condiciones exigidas para 2023, muchos de los modelos van a sufrir recortes importantes en brillo, ya que todas las nuevas tecnologías mejoradas en consumo aún no están listas.
La propia Unión Europea cambió las reglas con su cambi en las certificaciones energéticas el año pasado, en el 2021. Se decidió cambiar la escala energética (podéis consultar la fuente original aquí) como una forma de dar un toque de atención a los fabricantes de electrónica. Además, la nueva escala es mucho más restrictiva y muy pocos productos han obtenido la nueva certificación A, lo que deja espacio (amplía la escala) para incluir productos más eficientes en el futuro.
Como decíamos, se trataba de una declaración de intenciones. Además de cambiar la escala de consumo, se introdujeron variables en las certificaciones, tales como su grado de reparabilidad y la obligación de que los fabricantes sigan disponiendo de piezas de recambio durante varios años después de que los productos hayan dejado de comercializarse. Con ello, todo el mercado de Smart TV se quedó casi por completo con un certificado G. Especialmente las gamas altas.
Nuevo cambio a partir de diciembre de 2022: menos brillo o menor consumo para HDR
En la directiva europea de la que os hemos hablado, hay una apartado concreto que afecta de sobremanera a los televisores: las nuevas etiqueta energética indicaban el consumo en SDR y en HDR, por separado. Dado que las imágenes HDR son más brillantes, consumen más energía…de ahí la «doble certificación«. Pero eso tiene fecha de caducidad: 2023. O mejor dicho: los fabricantes tienen que tenerlo ya hecho para navidades de 2022. En 3 meses.
La clave de todo ello radica en una normativa de dicha directiva que establece un consumo máximo, en función de dos variables: tamaño y resolución. Este cálculo, llamado Índice de Eficiencia Energética es obligatorio para que un televisor pueda venderse en los países miembros de la Unión Europea. El EEI, con sus consumos de energía máximos se pueden encontrar en la siguiente tabla…que como podéis ver, cambian a partir del 1 de marzo de 2023:
EEImax (resolución HD) | EEImax (resolución entre HD y 8K) | EEImax (resolución igual o superior a 8K y televisores microLED) | |
A partir del 1 de marzo del 2021 | 0.90 | 1.10 | No se establece |
A partir del 1 de marzo del 2023 | 0.75 | 0.90 | 0.90 |
Como podéis comprobar, los límites fueron muy claros para los televisores introducidos en el mercado europeo a partir del 1 de marzo de 2021, ya tasando para 2023 lo mismo para televisores 8K y la futura tecnología MicroLED.
Aún así quedaba un cabo suelto: no consume lo mismo -por la naturaleza de la propia tecnología- los televisores LCD que los televisores OLED, por ello se hizo otro cálculo adicional basado en el EEI especificando a nivel de tecnología y pulgadas…hasta el 2023:
Tamaño del TV (pulgadas) | Consumo máximo (W) LCD 4K UHD | Consumo máximo (W) OLED 4K UHD |
32 | 42 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
40 | 60 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
46 | 77 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
50 | 89 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
55 | 105 | 115 |
60 | 121 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
65 | 139 | 150 |
75 | 174 | No existen OLED de dicha diagonal en 2021 |
Genial…pero como os indicábamos, eso era hasta el 1 de marzo de 2023, cuando entra en vigor la nueva normativa, aún más estricta que la anterior y que, probablemente, hará que los fabricantes tengan que trabajar muy duro en la eficiencia energética. Aún así, el periodo de transición comienza en diciembre de 2022.
Según algunos medios del sector, como el medio allhomecinema, los televisores 4K y los 8K deberán cumplir la misma directiva y ya desaparecen las excepciones para las tecnologías OLED o MicroLED. También desaparecen las diferencias de consumo entre SDR y HDR.
En otras palabras, tendrán que recortar los niveles de brillo para bajar el consumo, con casi total probabilidad. Podéis ver las nuevas tablas, según allhomecinema, que entrarán en vigor a partir del 1 de marzo de 2023, aquí:
Tamaño del TV (pulgadas) | Consumo máximo (W) para TV 4K y 8K (LCD, OLED y MicroLED) |
32 | 34 |
40 | 49 |
46 | 63 |
50 | 72 |
55 | 85 |
60 | 99 |
65 | 113 |
75/77 | 142 |
Todo ello quiere decir que, al igualar el consumo máximo que pide la UE tanto en SDR como en HDR, un OLED actual de 55 pulgadas como por ejemplo la LG OLED 55C1 consume 115 W (ya en clase G de energía). Para 2023, el nuevo modelo OLED de 55 pulgadas debe consumir un máximo de 84 vatios (una disminución del 23 %) para poder certificarse en el mercado (todavía con una etiqueta G) y poder venderse.
Peor pintan las cosas para el sector 8K europeo, pues un televisor 8K actual como la Samsung 65QN900A en HDR actualmente consume 341 vatios. El modelo 8K equivalente para el 1 de marzo de 2023 puede usar un máximo de 113 vatios. Eso significa una bestial disminución de un 67% de su consumo energético actual. Vamos, imposible a no ser que baje el brillo máximo que muestran estos televisores.
Difícil solución para un mercado tan dinámico
Todo parece que se confirmó en este IFA 2022. Tal y como comenta el medio Displaydaily, muchos fabricantes asumen que va a ser imposible presentar modelos 8K, ya que va a ser ilegal venderlas con las características actuales debido a la nueva normativa europea. Parece ser que entre bambalinas se habla de que quizá enviando los televisores a los comercios con un modo de bajo brillo podría ser suficiente para cumplir las nuevas normas…¿no?.
Según la normativa europea, eso iría contra «el espíritu de la regulación», por lo que los fabricantes podrían verse sometidos a fuertes demandas por incumplimiento de las reglas o incluso su prohibición de venta en territorio europeo, aunque actualmente no hay nada confirmado.
Las reglamentaciones europeas especifican que un televisor debe configurarse para que «no sea inferior a 220 nits o, si la pantalla electrónica está diseñada principalmente para que un solo usuario la vea de cerca, no menos de 150 nits«. Pero…si, incluye también los modos HDR. Es decir, es imposible disfrutar de una imagen con un HDR impactante con esos niveles de brillo para contener el consumo, tal y como está la tecnología actual.
Teniendo en cuenta la necesidad de más nits que requerimos para los televisores actuales, tanto LED como OLED y viendo la deriva actual de la Unión Europea respecto a su consumo energético, mucho nos tememos que probablemente vamos encaminados a un recorte importante de las capacidades energéticas de los televisores actuales y, con éste, una gran merma en la calidad de imagen de las mismas.
Aún así aún hay un atisbo de esperanza, pues la propia normativa europea recoge la posibilidad de una revisión de sus durísimas condiciones en diciembre de 2022, justo cuando comienza la transición a las nuevas reglamentaciones energéticas. La nueva asociación 8K ha comentado recientemente que no tiene constancia de ello por parte de Bruselas. Y mucho nos tememos que la crisis energética actual y la guerra entre Rusia y Ucrania no hace más que empeorar la situación.