Hoy en día las Smart TV no paran de crecer…y decrecer, por lo que no es mala idea usarlas de monitor, teniendo una serie de ventajas muy evidentes sobre los monitores tradicionales, así como una serie de contras que cada día están desapareciendo, por lo tanto…¿es buena idea usar una Smart TV como monitor?
Evidentemente aquí no vamos a entrar a valorar la distancia de visionado, ya que dependerá bastante de vuestro entorno y setup, pero lo cierto es que rara vez nos hará falta una Smart TV o monitor de más de 42 o 48 pulgadas. Y justo ese es el punto más fuerte de los televisores: cada vez ofrecen más características de los mejores monitores gamers pero con una calidad de imagen y precio insuperables.
Usar la Smart TV como monitor de PC, ¿es una buena idea?
Seguramente este artículo sea considerado casi herejía por los jugadores profesionales, que necesitan de unos tiempos de respuesta y otras características extremadamente exigentes. Este artículo no está orientado a ellos, si no al gamer más casual, aquel que le gusta jugar incluso varias horas al día pero no es profesional ni se dedica a ello.
Vamos a dividir esta noticia en dos partes: la de ventajas de usar un televisor como monitor y acto seguido haremos lo contrario: hablaros de los (pocos) puntos a favor que le quedan todavía a los monitores como actores predilectos en el campo de batalla de los jugadores. Y ojo, que un uso intensivo de monitor tampoco requiere de ser jugón, ya que puede estar destinado a alguien que pasa muchas horas escribiendo delante de un ordenador, por ejemplo. Así que vamos allá.
Usar la Smart TV como monitor de PC: ventajas principales
Vamos a destacar las principales ventajas de usar una Smart TV como monitor, tanto en su uso como visualizador de videojuegos como para uso ofimático y/o similar:
- Su instalación es extremadamente flexible: hace mucho tiempo que el tamaño dejó de ser un problema, ya que si alguien le gusta jugar con un grado de inmersión alto puede elegir diagonales de 55, 65, 77 o hasta 98 pulgadas, mientras que si preferimos una instalación clásica en un escritorio, tenemos modelos incluso OLED de 42 pulgadas.
- La calidad de imagen es insuperable: tenemos modelos OLED con una calidad de imagen extremadamente alta, incluso tecnología QLED Full Array de 42 pulgadas, para aquellos que tengan miedo a retenciones o quemados. Por lo general, los monitores no pueden ofrecer un grado de calidad de imagen tan alto.
- Las Smart TV son mucho más completas al incluir un sistema propio en su interior -de ahí el nombre-, además de varios sintonizadores, puertos CI y demás, por lo que tendremos la ventaja de usarla también como televisor o usar las apps internas para ver contenido sin necesidad de un dispositivo externo.
- Conectividad: aquí podríamos darle un empate con los monitores, aunque por norma general los televisores suelen tener más puertos HDMI 2.1 que sus homónimas versiones en monitor, por ejemplo, al igual que conexiones ópticas o protocolos de audio como eARC, Wifi, puertos de red, etc.
- Especificaciones y tecnología para juegos: hoy en día las Smart TV ya incluyen los mismo tipos de tecnología para videojuegos que los monitores gamers: 144 Hz, VRR, Freesync Premium, ALLM, G-Sync, HDMI 2.1, Gamebar y un largo etcétera.
- Precio: en las Smart TV encontramos muchísimas más ofertas en el día a día que en los monitores de gama más alta. Además de tener promociones especiales, reembolsos y ser, por lo general, más baratos por pulgada que los monitores profesionales.
Monitores de PC vs Smart TV: ventajas principales
Parece que con el apartado anterior hemos dejado los monitores a la altura del betún, ¿no? pues no os preocupéis que los monitores todavía mantienen algunas ventajas sobre las Smart TV más punteras:
- Diagonales inferiores a las 42 pulgadas: como hemos visto, los televisores cada vez son más grandes y más pequeños a la vez. Aún así, si disponemos de un espacio reducido, 42 pulgadas se nos quedarán grandes; los monitores se adaptan perfectamente bajando incluso a 14 pulgadas.
- Formatos y aspect ratio específicos: si queremos jugar o tener un espacio de trabajo ultra panorámico, por ejemplo como el de la foto superior, solo lo vamos a encontrar en monitor, no en televisor.
- Latencia, frecuencia e input lag: aunque muchos televisores llegan a cifras impresionantemente bajas de input lag (4-5 ms), los mejores monitores llegan incluso a 2. Lo mismo ocurre con la frecuencia de actualización, donde ya hay monitores de 360 Hz de tasa de refresco nativa.
- Interfaz y menús: mientras que los televisores están hechos para configurarse y usarse con un mando, los monitores se utilizan desde la propia botonera integrada -o táctil- del chasis, lo que hace que si estemos sentados delante de él sea más cómodo de manejar.
En resumen, como norma general podríamos concluir que salvo casos muy concretos (jugadores extremadamente exigentes, jugadores profesionales, necesidad de un tamaño pequeño, etc.), es mejor opción ya hoy día usar un televisor como monitor que el propio monitor, ya que es mucho más versátil manteniendo la práctica totalidad de las funciones más avanzadas de los monitores más punteros.